PROGRESO ECONÓMICO (1/10)

El fin de la economía, que abarca desde la producción de bienes y servicios (medio), hasta su consumo (fin), es el bienestar de las personas, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los satisfactores de los que dispongan para satisfacer sus necesidades, bienestar que debe ser el resultado, no del otorgamiento de dádivas de parte del gobierno, producto de la redistribución gubernamental del ingreso, sino de la compra de satisfactores, producto de la generación personal de ingreso, que se genera trabajando.

El principal obstáculo que debemos superar para lograr mayor bienestar y disponer de más, mejores y más variados bienes y servicios, es la escasez, el hecho de que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis. El demandante que esté dispuesto a pagar el precio al que el oferente está dispuesto a proveerlo conseguirá lo que quiera. Pero tiene, consecuencia de la escasez, que pagar el precio.

Si no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, entonces debemos resolver este problema: ¿qué y cuánto le toca a cada quién? La única manera de resolverlo, garantizando la continuidad de la producción, es por medio de los precios. ¿Qué le toca a cada quién? Lo que cada cual, en función de su apreciación, esté dispuesto a comprar, pagando su precio. ¿Cuánto le toca cada quién? La cantidad que cada cual, dependiendo de su apreciación, esté dispuesto a comprar, pagando su precio. 

Pagando el precio que permite recuperar el costo de producción se garantiza la continuidad de la producción, algo que, dado que las necesidades son recurrentes (sobre todo las básicas que, de quedar insatisfechas, atentan contra la vida, la salud y la dignidad), hay que satisfacerlas una y otra vez, por lo que hay que producir una y otra vez, por lo que debe pagarse el precio que permita recuperar el costo de producción.

La apreciación del consumidor, en función de la cual decide qué y cuánto compra, consiste en lo que quiere, en función de sus necesidades (quiere lo que necesita para satisfacerlas), y lo que puede, en función de su poder de compra (compra lo que, queriéndolo porque lo necesita, puede pagar). Es la apreciación del consumidor, la combinación de querer y poder, la que determina qué y cuánto compra.

El principal problema que hay que resolver para lograr mayor bienestar es la escasez: no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis, problema que nunca eliminaremos, porque nunca viviremos en un mundo donde todo alcance para todos, en las cantidades que cada uno quiera, y mucho menos gratis, pero que hemos minimizado de manera importante.

El bienestar depende de la cantidad, calidad y variedad de los satisfactores disponibles, la trilogía del bienestar. ¿Cuál era, en términos de esta trilogía, la condición de los primeros seres humanos al inicio de la historia? Muy precaria: poca cantidad, mala calidad, poca variedad. Comparémosla con la que tiene hoy el consumidor con suficiente poder de compra: mayor cantidad, mejor calidad, mayor variedad. El progreso, definido como la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente, ha sido espectacular.

¿Qué condiciones tienen que darse para lograrlo? De eso tratan estos Pesos y Contrapesos.

Continuará.

E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx

Twitter: @ArturoDammArnal

27 de diciembre de 2022