¿AHORRO GUBERNAMENTAL?

PESOS Y CONTRAPESOS

No faltan quienes creen que el gobierno debe ahorrar, y por esa creencia aplauden las medidas de austeridad anunciadas por AMLO, que darán como resultado, al menos eso creen, ahorro gubernamental y, por lo tanto, menor gasto del gobierno: quien ahorra no gasta. ¿Es esta la intención de AMLO? Y más importante, ¿debería serlo?
El ahorro es el primer paso en el camino del progreso económico, sobre todo si ese ahorro (el ingreso que los ahorradores dejan de gastar en la compra de bienes y servicios de consumo de final) se convierte en inversión directa (el gasto realizado por los empresarios para mantener y aumentar la producción de bienes y servicios, sobre todo, de consumo final, de los cuales depende el bienestar de la gente).
El ahorro es el primer paso en el camino del progreso económico siempre y cuando ahorren los individuos, las familias y las empresas, no el gobierno, quien debe gastar, con honestidad y eficacia, en beneficio de los ciudadanos, todos sus ingresos. El gobierno no debe ahorrar, mucho menos si lo ahorrado se traduce en atesoramiento, es decir, en guardar el dinero y no gastarlo.
Veámoslo desde el punto de vista de los contribuyentes, a quienes el gobierno, vía el cobro de impuestos, obliga a entregarle parte del producto de su trabajo. Una primera justificación de tal obligación es que el gobierno gaste, honesta y eficazmente, todo ese dinero en beneficio de los ciudadanos, gasto que debe contemplar la creación de una reserva para, dado el caso, hacer frente a gastos imprevistos, reservas que, aunque no lleguen a gastarse, forman parte del presupuesto de egresos del gobierno, por lo que no deben considerase, porque en el estricto sentido del término no lo son, ahorro.




Usted lector, en su calidad de contribuyente, ¿qué diría si se entera que el gobierno ahorra parte de los impuestos que le cobró, por lo que esa cantidad ahorrada, contemplada en la ley de ingresos, no está considerada en el presupuesto de egresos, de tal manera que el gobierno no gasta todo lo que recauda, es decir, no le “devuelve” a los ciudadanos, vía gasto, lo que previamente les quitó por impuestos? Usted lector, ¿estaría de acuerdo?
La austeridad anunciada por AMLO significará que, a partir del 1 de diciembre, el gobierno gastará menos en X (austeridad) para gastar más en Y (¿despilfarro?), y la pregunta que debemos hacernos es si esa reasignación de gasto dará como resultado un gobierno honesto y eficaz, sobre todo en lo que a sus tareas esenciales se refiere: garantizar el respeto a los derechos de los ciudadanos; impartir justicia; proveer los bienes y servicios públicos, que realmente sean públicos, y que realmente deban ser provistos por el gobierno; ordenar la convivencia en los espacios público; corregir los efectos nocivos de las externalidades negativas.
La “austeridad” de AMLO, de darse, será menos gasto en X y mayor gasto en Y.
E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx
Twitter: @ArturoDammArnal