Al mejor postor

Oscar-Hernandez
Óscar Hernández

Quizá usted lo vio alguna vez. En los brazos tiene tatuajes con los nombres de sus tres hijos. Mide 1.65, es calvo, moreno de mirada retadora; cuando acude a “los eventos”, viste playera negra y jeans azules. Le llaman el “doble P”, y se alquila al mejor postor.
Se trata de un hombre que, a cambio de 300 o 400 pesos, se alquila para engrosar marchas; para que estas muestren músculo”. No sólo eso, Rodrigo, como dice llamarse, lidera un grupo de al menos 60 personas con el mismo fin; “300 o 400 pesos dependiendo la gente que vaya, incluso nos han mandado hasta el Zócalo”, relata.
Estuvo 5 años en prisión por robo agravado, pero eso no impide que además de dedicarse a engrosar marchas, también las desacredite; “todo depende de quién nos pague”. Confiesa que delegados de Álvaro Obregón han pagado sus servicios para infiltrarlos en las marchas y provocar desmanes. Claro está, las que protestan contra el gobierno delegacional; ” nos meten a las marchas, todos llegamos al mismo tiempo y nos vamos infiltrando; empezamos a incitar a la gente para que salga de control”, dice “Doble P”.
El costo citadino
Lo cierto es que este tipo de protestas le cuestan más de 40 millones de pesos diarios a la Ciudad de México, según cifras de la Cámara Nacional de Comercio. ” Estas pérdidas en nada menos que cuatro años que llevamos con estas marchas, nos han costado 30 mil millones de pesos, de pérdida en venta”, asegura Guillermo Gazal, director de Procenthrico.
Quiénes se alquilan para engrosar o reventar marchas, incurren en actos ilícitos, sin embargo esta conducta no está encuadrada en un tipo penal específico, asegura la abogada Patricia González, lo que dificulta su castigo ejemplar. “Este tipo de comportamiento sí podría regularse en el Código Penal del Distrito Federal, como un delito grave”, considera la investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Al mejor postor
La entrevista con “Doble P” tiene lugar en un sitio de la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec; cerca de Tacubaya, donde vive y opera este hombre. Nos pide no grabar su rostro; quiere que sus hijos no sepan a qué se dedica su padre.
Mientras caminamos, nos habla sobre su tercera faceta. Cuando no hay “jale”, como él lo llama, se alquila como golpeador para llevar a cabo desalojos; ” Asamblea de Barrios nos busca mucho, me entiendes, llegan a colonias de aquí de Álvaro Obregón; cuando nos buscan son 200 pesos por día”.
Para la doctora González, “deberíamos desarrollar un tipo penal específico para estas conductas; cada vez son más abogados los que usan estos grupos para llevar a cabo desalojos”.
El último de los ” trabajos ” de Rodrigo es “cobrar” deudas. “Gente que le debe dinero a otra, me buscan para eso, ve y cóbrales; llegó a lo que voy, Porto arma, mira tienes que pagar, si no se muere tu familia”, relata un sujeto que ha accionado su arma, al menos dos veces, en la pierna del deudor.
Rodrigo comete los delitos de amenazas y lesiones; considerados no graves. Por ello opera en total impunidad, y no sólo eso, cuenta que tiene acuerdos con patrulleros, los mismos que le permiten provocar disturbios durante un mitin o manifestación; y es que la orden viene “de arriba”.
Se trata de una perfecto acto de intimidación. “Antes de ir a cobrarles, se investiga a la persona, se toman fotos, con los hijos, nietos, lo que sea, se les deja el sobre, se les habla dos horas después; ellos prefieren no tener problemas y acceden a pagar”; y si no lo hacen?, pregunta el reportero; ” pues se joden”, sentencia Rodrigo.
Autenticidad de las Marchas
Desde hace décadas, la protesta es una de las expresiones que muestran la democracia de una sociedad, plantea Ligia Tavera, investigadora de Flacso, sin embargo, la participación de sujetos como Rodrigo debilita esta premisa; “tergiversan el espíritu de la protesta; pierden su autenticidad”, comparte una académica convencida que la vía de la manifestación no sólo no debe reprimirse, sino fortalecerse.
Lo cierto es que las expresiones de protesta pierden cada vez mayor credibilidad. Las pérdidas que arrojan no sólo son cuantiosas; también afectan su origen, muchas veces forjado en la buena fe.
Rodrigos… Muchos
Concluye la charla. Rodrigo, ” Doble P”, como quiso le llamáramos en la entrevista, nos advierte que no publiquemos su apellido. Quizá tampoco se llame como dice; da lo mismo saberlo; basta conocer su historia, su presente y el modo de vida que eligió para los años venideros y tal vez, para sus hijos.

Óscar Hernández Bonilla es reportero de investigación en Proyecto 40. Conductor suplente en Informativo 40. Especializado en temas sociales y seguridad. Coberturas electorales, desastres naturales,  e internacionales: guerrilla de las FARC. “En cualquier parte hay algo valioso, digno de narrar; el reto es descubrirlo”.

E-mail: oskarhbonilla@gmail.com

Twitter: @ohernandezb