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| Ricardo Homs |
La actitud del alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, de prometer enfrentarse al presidente Donald Trump si vulnera los derechos de los migrantes, debiese darnos a nosotros, de este lado de la frontera, un importante mensaje para entender a nuestro vecino.
Primeramente, nos describe la independencia que tienen las diferentes instituciones que conforman el Estado norteamericano y el respeto que merecen frente al poder central. No es un gobernador de un estado, sino simplemente un alcalde que le avisa al presidente de la república que no permitirá redadas de indocumentados en la ciudad que él gobierna. Más directo no podría ser.
Lo segundo que ésta actitud nos pone en evidencia es que entre quedar bien con el presidente o decidirse por responder a las expectativas de sus gobernados, opta por lo segundo.
Por sus antecedentes vemos que Eric Michael Garcetti no es de origen latinoamericano y sin embargo, es congruente con su compromiso con el electorado que lo eligió, el cual tiene fuerte identidad latinoamericana.
Recordemos que hace pocos años, cuando en 2004 hubo una controversia ante la Corte Internacional de Justicia, que es el tribunal internacional donde se resuelven conflictos que involucran a países, para exigir que se condonase la pena de muerte contra el reo mexicano José Ernesto Medellín, ya que a él al igual que a 51 presidiarios mexicanos, no se les otorgó el derecho a la asistencia consular durante su detención, caso denominado Avena, lo cual contradecía las resoluciones de la Convención de Viena.
El gobernador de Texas de apellido Perry se negó a acatar las resoluciones de esta corte internacional. El Congreso de Estados Unidos y el mismo presidente Bush pretendieron intervenir para que el Estado de Texas aceptase la resolución del Caso Avena.
Sin embargo, ante la negativa del gobierno estatal y la legislatura local de reconocer ese fallo internacional, el Congreso Norteamericano y el presidente se reconocieron incompetentes para obligar a ese estado a no aplicar la pena capital, que la mayoría de los estados de la federación, ya habían eliminado de forma total y absoluta. El reo Medellín fue ejecutado.
Por nuestra parte vemos que un factor importante de la problemática de nuestro país es el centralismo que existe respecto a la figura presidencial. Ningún gobernador y menos aún ningún alcalde, se atrevería incluso a insinuar algo que aunque sea remotamente, pueda incomodar a nuestro presidente.
Que un alcalde en México se rebele al presidente en funciones, es impensable y más aún en la forma en que el alcalde Garcetti está desafiando al presidente Trump.
Necesitamos fortalecer las instituciones vinculadas con justicia y blindarlas para que no puedan ser doblegadas por funcionarios de muy alto nivel del Poder Ejecutivo Federal.
Por no tener nuestras instituciones esta independencia, es que la corrupción está llegando a niveles que rayan en el cinismo que estimula la impunidad.
Vienen tiempos difíciles donde el populismo constituye un riesgo mayúsculo, pues significa la manipulación de la ley al gusto de quienes ejercen poder. Seguramente la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos genera una tendencia de impacto global.
El único blindaje son instituciones fuertes y encabezadas por funcionarios honorables y comprometidos con la ética y los valores morales.
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