BANXICO Y EL CRECIMIENTO

PESOS Y CONTRAPESOS
Según el Art. 28 constitucional “el Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración. Su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”.
Que el Banco de México sea autónomo quiere decir que la cantidad de dinero que se produce e introduce en la economía se decide en función de un objetivo de política monetaria, procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso, y no, por ejemplo, en función de las necesidades de gasto del gobierno, que son ilimitadas.
Que el banco central sea autónomo quiere decir, según el mismo Art. 28, que “ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento”, es decir, a producir dinero y dárselo para que lo gaste, como sucedía antes del 1 de abril de 1994, antes de que se le otorgara la autonomía al Banco de México, debiendo de aclarar que el dinero que producía el banco central y le daba al gobierno no era un préstamo. El gobierno no lo regresaba.




La única tarea de un banco central debe ser preservar el poder adquisitivo del dinero para que, con la misma cantidad de dinero, al paso del tiempo, pueda comprarse la misma cantidad de los mismos bienes y servicios. ¿Es lo mismo “preservar el poder adquisitivo del dinero” que “procurar la estabilidad del poder adquisitivo del dinero”?
Para preservar el poder adquisitivo del dinero la meta de inflación debe ser cero. No es el caso del Banco de México que lleva todo el siglo XXI fijando una meta de inflación anual del tres por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, con la cual procura una pérdida estable (siempre la misma) y baja (del tres por ciento), del poder adquisitivo de nuestro dinero y, por lo tanto, de nuestro trabajo, lo cual podría interpretarse como la adopción, al estilo keynesiano, de una segunda meta para la política monetaria: impulsar el crecimiento de la economía (no tengo espacio para explicarlo).
En el último Anuncio de Política Monetaria del Banco de México (13 de agosto) leemos que “los riesgos mencionados para la inflación, la actividad económica (ojo: la actividad económica) y los mercados financieros (…) plantean retos importantes para la política monetaria (ojo: la política monetaria)…”. El Banco de México, ¿ya asumió como responsabilidad incentivar la actividad económica y por lo tanto el crecimiento de la economía? Más de uno podría preguntarse, ¿y que tendría de malo? Lo malo es que si un banco central asume esa responsabilidad el resultado de la política monetaria que tendría que practicar sería una mayor inflación, una mayor pérdida en el poder adquisitivo de nuestro dinero y nuestro trabajo.
Con la meta de inflación mencionada, en lo que va del siglo XXI, se ha acumulado una inflación del 122.4 por ciento.
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