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| Kohoutek Velasco |
A lo largo de esta semana se han estado realizando algunos exámenes de admisión al nivel superior, por lo que, naturalmente, escucharemos en las días subsecuentes a la entrega de resultados quejas y protestas de quienes, por una u otra circunstancia, no han sido “seleccionados” por la Universidad pública que fungió como su primera opción.
Hay varias cosas que decir al respecto, estadísticas que nos golpean en la cara cuando hablamos de cobertura y calidad en materia de educación superior, sin embargo esta vez quiero enfocarme directamente en una razón más de fondo, casi oculta: El miedo a asimilar los fracasos.
Para empezar hay que puntualizar las obviedades: Este tipo de admisión por competencia no es un proceso discriminativo o excluyente pues a nadie se le niega la oportunidad de presentar el examen, y es ahí donde se encuentra la inclusión y, si quieren, “el derecho de”. Los resultados dependerán del desempeño de cada aspirante, siendo este el segundo punto medular de tal situación.
Si uno no se llega a quedar, en primera instancia, no es porque el de alado haya sacado 120 aciertos, el de atrás 110 y el último 104 sino porque el aspirante en cuestión no fue capaz de alcanzar esas cifras, es decir, si los antes citados hubieran sacado 30, 22 y 7 aciertos respectivamente, muy probablemente él también hubiera sido “excluido” por tener 42 aciertos.
Basta con hacer un recordatorio importante, para todos: El principio de toda competencia, sea en el ámbito que sea, es superarse a uno mismo en vez de estar a expensas de los fallos de los demás.
Y yo entiendo, reconozco e incluso aplaudo que las personas tengan esa hambre de superación e inspiración por salir adelante, mejorar, crecer y tener mejores oportunidades para realizarse, y es que eso es, al final, la educación superior; Una herramienta que nos ayuda a obtener mejores oportunidades, igual de importante que la experiencia o las destrezas multidisciplinarias. Actualmente, mientras más completos seamos en nuestra formación, más oportunidades tendremos pues los días en que una licenciatura era una seguridad absoluta, se han terminado, si es que un día existieron.
Obviamente hay carreras con mejores perspectivas en el campo laboral que otras y en este aspecto no tengo mucho que agregar, no soy quien para juzgar los gustos o motivaciones personales, eso sí, cuando tu licenciatura en Frida Kahlo no sea requerida en ningún lado, no culpes a nadie más que a ti.
Entonces, a considerar todas las opciones, desde prepararse debidamente para los exámenes de admisión –sea en algún curso o de manera autodidacta- hasta considerar otro tipo de formación, como talleres, idiomas y oportunidades laborales, que al final del día todo conocimiento cuenta, toda iniciativa vale y todo intento por ser un poco mejor el día anterior merece cierto reconocimiento por mínimo que sea y, sobre todo, a reconocer nuestros fracasos como propios, enteramente, ese es el primer paso para hacer las cosas bien, para poder tener un verdadero desarrollo tan próspero como esperamos.
“Kohoutek Velasco, miembro fundador de México Libertario. Ni de izquierda ni de derecha; Simplemente lógico. Activista y escritor liberal.”
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