BUEN PRIMER TRIMESTRE, PERO…

PESOS Y CONTRAPESOS

¿Cuál es la mejor manera de calificar el desempeño de una economía? Por el bienestar de las familias, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los satisfactores con los que cuentan, lo cual a su vez depende de variables que van desde la producción de bienes y servicios hasta el poder adquisitivo del dinero. Dos condiciones necesarias, más no suficientes, para que aumente el bienestar de las familias son que la producción de satisfactores crezca lo más posible y que el dinero preserve su poder adquisitivo. En estos temas, ¿cómo vamos?
El INEGI dio a conocer la Estimación Oportuna del PIB (el Producto Interno Bruto, que es la producción de bienes y servicios para el consumo final) para el primer trimestre del año, y en términos anuales (comparando el primer trimestre de este año con el primero del año anterior) y desestacionalizados (eliminando los efectos estacionales y calendario, lo cual hace posible una mejor comparación), tenemos que durante el primer trimestre del año el PIB creció 2.4 por ciento: 5.1 las actividades primarias (ganadería, agricultura, silvicultura, pesca, etc.), 0.0 las secundarias (industria manufacturera), y 3.1 las terciaras (servicios).
Ese crecimiento del 2.4 por ciento, ¿es aceptable? Comparemos. Durante los cuatro trimestre del 2017 este fue el crecimiento del PIB: 2.9, 3.1, 1.7 y 1.5 por ciento, de tal manera que después de dos trimestres consecutivos de crecimiento cada vez menor entre enero y marzo pasados el mismo repuntó, lo cual apunta en la dirección correcta.




En diciembre, según la información del INEGI, la inflación anual fue del 6.77 por ciento, bajó a 5.55 en enero, a 5.34 en febrero, y a 5.04 en marzo (4.69 durante la primera quincena de abril), de tal manera que sumamos tres meses consecutivos con una inflación cada vez menor, lo cual también apunta en la dirección correcta.
A lo largo del primer trimestre de 2018 tuvimos la combinación correcta: mayor crecimiento de la producción de bienes y servicios, y menor inflación, tendencia que deberá mantenerse en el futuro hasta conseguir mayores tasas de crecimiento combinadas con menores tasas de inflación, de entada por una razón de peso: una cosa es que la producción esté creciendo más y otra que el crecimiento alcanzado sea aceptable, de la misma manera que una cosa es que la inflación vaya a la baja y otra que la inflación conseguida sea aceptable. Un crecimiento del PIB del 2.4 por ciento es bajo y una inflación del 5.04 por ciento es elevada. En términos generales debería ser, por lo menos, al revés: crecimiento no menor al 5 por ciento e inflación no mayor al 2.5 por ciento.
Lograr esta combinación será, en términos generales, el reto económico del próximo gobierno, aclarando que el tema de la inflación no será su responsabilidad sino del Banco de México, que es el banco central del Estado mexicano, independiente del gobierno.
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