PESOS Y CONTRAPESOS
¿Qué compromisos debemos exigirles a los candidatos presidenciales en materia de economía, no solo para no retroceder (lo que supondría, con todas sus desventajas, menor crecimiento y/o mayor inflación), sino para tener mejores oportunidades de avanzar (lo que supondría, con todas sus ventajas, mayor crecimiento y/o menor inflación)?
En lo que va del siglo XXI (2001 a 2017) el crecimiento promedio anual de la economía mexicana, medido por el comportamiento del Producto Interno Bruto, fue 2.1 por ciento, y la inflación promedio anual, medida por la evolución del Índice Nacional de Precios al Consumidor, fue 4.3 por ciento. El resultado debería haber sido, por lo menos, el contrario: crecimiento del cuatro e inflación del dos.
¿Qué compromisos mínimos deberíamos exigirles a los candidatos presidenciales en materia económica? México, ¿cómo vamos?, que dirige Valeria Moy, se dio a la tarea de hacer la lista básica, que resultó en seis compromisos: 1) Asegurar la continuidad de la política económica básica como: a) autonomía del Banco de México y de la política monetaria; b) libre flotación del tipo de cambio; c) política de no control de precios (ni mínimos ni máximos); 2) Invertir en la diversificación de la canasta de generación de energía; 3) Fomentar (practicar) una política fiscal responsable. Toda propuesta (de gasto gubernamental) deberá estar acompañada de un análisis detallado de la manera que impactaría las finanzas públicas y la recaudación federal; 4) Fomentar el empleo formal, la atracción de inversión (sobre todo la directa, que abre empresas, produce bienes y servicios, crea empleos y genera ingresos) y la generación de empresas como principal instrumento para reducir la pobreza (por medio de la creación de empleos y la generación de ingresos); 5) Ofrecer certeza jurídica a las inversiones (hacer valer el Estado de Derecho para los empresarios, quienes realizan las inversiones directas); 6) Aprovechar nuestras ventajas comparativas en el comercio internacional (no proponer la sustitución de importaciones para ningún producto) e impulsar la apertura comercial de México (al margen de las medidas proteccionistas que puedan imponer los gobiernos de otros países) para satisfacer las necesidades de la población (por medio de importaciones que se ofrezcan a menor precio y/o con mayor calidad que lo producido en México, y que obligan a los productores nacionales a volverse más competitivos).
Concuerdo plenamente con la lista de México, ¿como vamos? y propongo que con ella se haga la Check List que nos sirva, no solo en el caso del probable triunfo de AMLO, sino en cualquier otro caso, para calificar al desempeño del próximo gobierno y, suponiendo que se atentara contra alguno de los seis puntos, encender inmediatamente la señal de alarma, antes de que un error de política económica se convierta en un problema económico.
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