CÍRCULO VICIOSO

PESOS Y CONTRAPESOS

El ahorro bruto es la parte del ingreso disponible (el que resta una vez pagados los impuestos) que no se destina a la compra de bienes y servicios para el consumo final, pudiendo destinarse a la adquisición de activos financieros o físicos. Cuando el ahorro bruto se destina a la adquisición de activos físicos (instalaciones, maquinaria, equipo, etc.), se convierte en inversión directa, que produce bienes y servicios, crea empleos y genera ingresos.




El ahorro bruto puede convertirse en inversión directa, pero no tiene que convertirse en ese tipo de inversión, pudiendo convertirse en inversión financiera (el dinero ahorrado se presta a cambio del pago de un interés) o en atesoramiento (el dinero ahorrado se guarda con la intención de tenerlo disponible en cualquier momento). El ahorro bruto que contribuye directamente al crecimiento de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción, es el que se convierte en inversiones directas, que se destinan a producir.
Ya tenemos los datos del ahorro bruto para el segundo trimestre del año. Comparando con el primero el ahorro bruto total decreció 8.3 por ciento. El proveniente de la economía interna creció 10.7 por ciento y el del resto del mundo fue negativo por 390,790 millones de pesos, lo cual dio como resultado una caída del 163.9 por ciento. Centro la atención en el comportamiento del ahorro bruto proveniente de la economía interna, que creció 10.7 por ciento, y hago la pregunta pertinente: ¿se transformó en inversiones directas?




En México el comportamiento de la inversión directa lo medimos por el comportamiento de la inversión fija bruta en instalaciones, maquinaria y equipo, que aporta la infraestructura física para la producción. Durante el segundo trimestre del año, en promedio mensual, y en comparación anual, dicha inversión decreció 5.8 por ciento: menos 3.0 en abril, menos 7.0 en mayo, menos 7.4 en junio.
A lo largo del segundo trimestre del año el ahorro bruto interno creció 10.70 por ciento y la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo decreció 5.8 por ciento, lo cual quiere decir que el ahorro bruto interno no se está destinando a la adquisición de activos físicos, es decir, a invertir de manera directa en la producción de bienes y servicios, en la creación de empleos, en la generación de ingresos.
Lo anterior lo interpreto de la siguiente manera: estoy ahorrando (gasto menos) por lo que pueda pasar, y no invierto de manera directa (no arriesgo) por lo que pueda pasar, lo cual genera una doble presión recesiva sobre la economía: por el menor gasto en la compra de bienes y servicios para el consumo final, por las menores inversiones directas para la producción de bienes y servicios. ¿Qué tenemos? Un círculo vicioso.
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