CONFIANZA EMPRESARIAL, LA CLAVE

PESOS Y CONTRAPESOS

En octubre, antes de la cancelación de la construcción del NAICM, la Inversión Fija Bruta (IFB) creció, en términos anuales, 1.9 por ciento. En noviembre y diciembre, después de la cancelación, y dado el impacto negativo que ello tuvo en la confianza de los empresarios, de la cual dependen sus inversiones, la IFB decreció 2.2 y 6.3 por ciento. En enero creció 1.1 por ciento, lo cual, después de los pésimos resultados de los meses anteriores, fue un buen resultado.




La pregunta es si ese buen resultado de la IFB, que se lleva a cabo en instalaciones, maquinaria y equipo, siendo parte fundamental de la inversión directa, de la cual depende la producción de satisfactores, la creación de empleos y la generación de ingreso, fue consecuencia del efecto rebote (después de malos resultados de manera “natural”, pero no sostenida, vienen buenos), o de un cambio en la percepción de los empresarios en torno al futuro de la economía, percepción que pudo cambiar, o de negativa a positiva, o de muy negativa a menos negativa, o de poco positiva a más positiva. ¿A qué se debió ese mejor desempeño de la IFB en enero?
La respuesta la podemos buscar en el Indicador de Confianza Empresarial (ICE), que mes tras mes reporta el INEGI, y que calcula para los sectores de la manufactura, el comercio y la construcción, a partir de las respuestas a cinco preguntas, entre la cuales se encuentra esta: el actual, ¿es un buen momento para invertir? Si el ICE su ubica por debajo de los 50 puntos se encuentra en zona negativa, de desconfianza. Si se ubica por arriba de las 50 unidades se encuentra en zona de confianza, negativa.




Calculando el ICE promedio para las respuestas a la pregunta de si el actual es un buen momento para invertir, tenemos, de noviembre (último mes del gobierno de EPN) a marzo (cuarto mes del sexenio de AMLO), los siguientes resultados: noviembre, 31.5; diciembre, 32.0; enero, 32.6; febrero, 32.2; marzo, 31.5. En todos los casos el ICE se ubicó en zona negativa, de desconfianza, y en febrero y marzo resultó menor, por lo que la desconfianza aumentó. En el caso de la manufactura el ICE suma 136 meses por debajo de los 50 puntos; en el de la construcción 94; en el del comercio igual, 94 meses, y, sin embargo, salvo periodos como lo fueron noviembre y diciembre, en México se invierte.
¿Cuánto más no se invertiría si se hiciera todo lo que debe hacerse para que la desconfianza empresarial se convierta en confianza? Eso, lo que se debe hacer, lo debe hacer el gobierno, y en este renglón, este gobierno, y los anteriores, han quedado a deber. Lo que preocupa es que este gobierno no está haciendo la tarea, y no porque no quiera sino porque, da la impresión, no sabe qué hacer, lo cual es grave.
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