CRECIMIENTO A LA BAJA, ¿POR QUÉ?

PESOS Y CONTRAPESOS
Considerando el Producto Interno Bruto, PIB, en términos trimestrales (comparando cada trimestre con el trimestre inmediatamente anterior) y desestacionalizados (para eliminar los efectos estacionales y de calendario, lo cual hace posible una mejor comparación), durante el tercer trimestre de los años transcurridos del sexenio del Peña Nieto este fue el crecimiento de la economía mexicana: 2013, 1.1 por ciento; 2014, 0.4; 2015, 1.2; 2016, 1.2; 2017, menos 0.3 puntos porcentuales. Por primera vez, en lo que va del sexenio, un tercer trimestre presentó decrecimiento.
Si del PIB pasamos al Indicador Global de la Actividad Económica, IGAE, en términos mensuales (comparando cada mes con el mes inmediatamente anterior) y desestacionalizados, en el mes de septiembre, de los cinco años ya transcurridos de la actual administración, este fue el crecimiento de nuestra economía: 2013, 0.1 por ciento; 2014, 0.1; 2015, 1.1; 2016, 0.8; 2017, menos 0.5. Por primera vez, en lo que va de este sexenio, septiembre registró crecimiento negativo.




¿Cuál es la causa del menor crecimiento de la economía, ya sea que se mida con el PIB, ya con el IGAE? La respuesta hay que buscarla en el comportamiento de la inversión directa, ID, que es la que produce bienes y servicios, y uno de cuyos principales componentes es la Inversión Fija Bruta, IFB, que se realiza en construcción de instalaciones (residenciales y no residenciales), maquinaria y equipo (nacional o importado), aportando la infraestructura necesaria para llevar a cabo la producción de satisfactores. La evolución de la IFB es un buen indicador del comportamiento de la ID. ¿Cuál ha sido su desempeño reciente?
Entre enero y agosto del año pasado la IFB tuvo un crecimiento promedio mensual (comparando cada mes con el mes anterior) del 0.18 por ciento. Un año después el promedio fue menor, 0.01 por ciento: 0.33 inversión en maquinaria y equipo, 0.26 en construcción residencial, menos 0.66 en construcción no residencial (fábricas, centros comerciales, oficinas, bodegas; infraestructura de comunicaciones y transportes: aeropuertos, puertos, carreteras; etc.), dato, éste último, que resulta preocupante.
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