De los impuestos (1/5)

(1/5)Hay quienes dicen que el precio que debemos pagar por vivir en sociedad son los impuestos. No. El precio que debemos pagar por vivir en sociedad es respetar los derechos de los demás, practicar la justicia, que consiste, según la clásica definición de Ulpiano, en darle a cada quien lo suyo, siendo lo suyo de cada quien el derecho de cada cual. La justicia consiste en respetar los derechos de los demás, condición de la convivencia civilizada.

Todos quieren que se respeten sus derechos, pero no todos quieren respetar los derechos de los demás, comenzando por los tres naturales, aquellos que tenemos por ser personas: a la vida, la libertad individual y la propiedad privada. ¿Qué hacer con los delincuentes, quienes llevan a cabo conductas delictivas que violan derechos: matan, violan el derecho a la vida; secuestran, violan el derecho a la libertad; roban, violan el derecho a la propiedad?

Es por los delincuentes que se necesita: prohibir matar, secuestrar y robar; prevenir asesinatos, secuestros y robos; castigar a quien mate, secuestre y robe; obligar al asesino, secuestrador o ladrón a resarcir a su víctima.

Es por la conveniencia de prohibir matar, secuestrar y robar; de prevenir asesinatos, secuestros y robos; de castigar a quien mate, secuestre y robe; y de obligar al asesino, secuestrador o ladrón a resarcir a su víctima, que se necesita de alguien, con legitimidad y eficacia, que realice esas cuatro tareas. A ese alguien se le llama gobierno, mismo que necesita recursos para realizar esas tareas, la primera de las cuales (prohibir delitos) tiene que ver con las leyes; la segunda (prevenir delitos) con las policías; la tercera (castigar a quien delinca) y cuarta (obligar al delincuente a resarcir a su víctima), con los tribunales, jueces y verdugos, necesidad de recursos que nos lleva a considerar los impuestos, fuente ordinaria de financiamiento del gobierno, impuestos que de entrada tienen un inconveniente, que hay que justificar correctamente. 

Cobrar impuestos implica que el gobierno obliga a los ciudadanos a entregarle parte de sus ingresos, ingresos que son el producto del trabajo, lo cual, dado que las personas tienen derecho al producto íntegro de su trabajo, hace de los impuestos un robo, razón por la cual, dicen algunos, no deben cobrarse, lo cual ocasionaría la desaparición del gobierno porque al final de cuentas, hoy, mañana o pasado mañana, de una u otra manera, el gasto del gobierno se financia con impuestos (es lo que se conoce como la equivalencia ricardiana o equivalencia Ricardo-Barro). 

Si las personas tienen derecho al producto íntegro de su trabajo, y el cobro de impuestos viola ese derecho, ¿deben desaparecer los impuestos y con ellos los gobiernos? Sí, según la respuesta de los anarcocapitalistas. No, según la de los liberales, quienes tenemos la tarea de justificarlos correctamente. 

Que desaparezca el gobierno no quiere decir que, cara a la vida en sociedad, desaparezca la necesidad de prohibir, prevenir, castigar y obligar a resarcir delitos, misma que, mientras haya delincuentes, y los habrá, seguirá presente, por lo que habrá necesidad de alguien que prohíba, prevenga, castigue y obligue a resarcir delitos. Y a ese alguien lo llamamos gobierno, definido por esas tareas.