Déficit: malos remedios y peores curas.

kohoutekv
Kohoutek Velasco

El enemigo silencioso por excelencia; la mano que mantiene a América Latina – en su inmensa mayoría. –  en el tercer mundo es, sin duda, el déficit fiscal. Una constante en absolutamente todos los gobiernos que hemos visto desfilar no solo al Sur de nuestro continente, sino también en este país.
Imagina el escenario tan solo a niveles familiares, donde quienes trabajan, no conscientes de su situación, adquieren productos que no pueden pagar por lo que se ven obligados a pedir préstamos, créditos y fianzas que, después, tendrán que pagar a un precio más alto, reiniciando este círculo vicioso una y otra y otra vez, impidiendo cualquier posibilidad de ahorro y, entonces, de prosperidad. Ahora imagina este escenario en las finanzas públicas sin olvidar que también estamos hablando de tu bolsillo…
Programas sociales, sueldos burocráticos y cuanto gasto más se le ocurra al gobierno de turno es el alimento del déficit, a quien muchas veces tratan de apaciguar con un aumento a la recaudación – impuestos – o con recortes al gasto público.
Lo primero, hablando de la recaudación de impuestos, es desmentir ese gran mito tallado en nuestra historia y que tanto daño nos ha hecho: “Mientras más grande el impuesto, más dinero se obtendrá”. Al contrario, se vuelve más difícil de pagar, representa una pérdida en los ingresos personales que no todo mundo puede sortear y si bien habrá unos cuantos que puedan solventar este desfalco, otros tendrán que optar por dejar de pagar al verse completamente superados por este abuso.
Lo correcto, en todo caso, no es aumentar el ingreso recaudado directamente, sino aumentar la cantidad de personas que puedan cubrir dicho ingreso, y para eso hay que hacerlo más accesible, menos pesado y parejo, dejando de castigar a quienes más producen.
Por otro lado, el recorte al gasto público es una medida inteligente y necesaria, sobre todo cuando nos detenemos a pensar en los grandes lastres que cargamos: La burocracia y los programas sociales.
Respecto a los burócratas no tengo mucho que decir, salvo reiterar lo que ya sabrán respecto a sus onerosos salarios y lujos que cargan, que no sería malo si no fuera porque su trabajo, prácticamente, es improductivo; y su salario, lejos de venir de intercambios voluntarios, viene del contribuyente directamente, de tu bolsillo, nuevamente.
Los programas sociales se han vuelto un bastión electoral de algunos, adornos puros y vanos que son incapaces de crear un progreso real – pues este solo se crea con trabajo- . De nada sirve redistribuir si cuando empiezas a salir de tus condiciones desfavorables los impuestos se sirven de ti y de tu trabajo con el mismo pretexto con el que pretendían ayudar, creando un nuevo círculo de vicios y pobreza donde absolutamente nadie, salvo quien usa la guirnalda de “benefactor social” se beneficia.
Entendamos, pues, que la única manera de salir adelante es mediante el trabajo duro y el ahorro, no mediante dádivas que, tarde o temprano, te van a cobrar. Una economía punitiva de la productividad y apapachadora del desfalco y el gasto irresponsable que termina con réditos políticos más que sociales, jamás va a salir del agujero de la miseria, al contrario, cada decisión y medida que tome en ese sentido será una piedra más en su loza.
Entonces: Trabajo duro, ahorro e impuestos bajos y parejos como medida eficaz contra el déficit; no una gran tributación, no medidas a corto plazo, no mentiras. Basta ya de saldar deudas del presente endeudando a los que vienen.
“Kohoutek Velasco, miembro fundador de México Libertario. Ni de izquierda ni de derecha; Simplemente lógico. Activista y escritor liberal.”
Blog: http://elojodelumieres.weebly.com/
Kohoutek@live.com.mx

facebook.com/kohoutek.v
twitter.com/KohoutekV
facebook.com/MexicoLibertarioML