Del crecimiento

Dediqué los cinco anteriores Pesos y Contrapesos al progreso económico, definido como la capacidad para producir más (dimensión cuantitativa) y mejores (cualitativa), bienes y servicios, para un mayor número de gente (social). ¿Cómo vamos con la primera dimensión, la cuantitativa, la capacidad para producir más bienes y servicios, producción con la que se mide el crecimiento de la economía?

Según información del INEGI, en términos trimestrales, comparando cada trimestre con el trimestre anterior, durante el segundo trimestre del año el Producto Interno Bruto, PIB, que es la producción de bienes y servicios para el consumo final, creció 0.9 por ciento. Un trimestre antes, durante el primero, el crecimiento del PIB fue 1.1 por ciento. Durante el primer semestre del año el PIB creció, en promedio trimestral, 1.0 por ciento.

Con ese crecimiento el PIB se ubicó, durante el segundo trimestre, con 18,224,695,000,000 de pesos (constantes de 2013), 0.14 por ciento por debajo del nivel alcanzado en el primer trimestre de 2020, antes de que aparecieran las presiones recesivas generadas por el Efecto Covid, 18,249,350,000,000 de pesos, y 1.93 por ciento por debajo del máximo histórico, que logramos durante el tercer trimestre de 2018, 18,583,729,000,000 de pesos, antes de que en el segundo trimestre de 2019 surgieran las presiones recesivas ocasionadas por el Efecto 4T.

El INEGI reporta el PIB trimestralmente, pero adicionalmente reporta, mensualmente, el Indicador Global de la Actividad Económica, IGAE, que también mide el comportamiento de la producción de bienes y servicios. En términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, este fue el crecimiento durante el primer semestre del año: enero, más 0.4 por ciento; febrero, 0.0; marzo, más 0.4; abril, más 1.1; mayo, menos 0.2; junio, menos 0.3.

Durante el segundo trimestre del año, de abril a junio, el PIB creció 0.9 por ciento. Pero de esos tres meses, tomando en cuenta al IGAE, solamente en uno, abril, hubo crecimiento, 1.1 por ciento, y en los otros dos, mayo y junio, decrecimiento, y cada vez mayor: 0.2 y 0.3. 

Además del IGAE el INEGI publica el Indicador Oportuna de la Actividad Económica, IOAE, que es una estimación del comportamiento del IGAE. Según el último IOAE, publicado el 18 de agosto, en julio el IGAE habría decrecido 0.1 por ciento, con lo cual se sumarían tres meses consecutivos de decrecimiento en la producción de bienes y servicios para el consumo final: mayo, 0.2 por ciento; junio, 0.3; julio, 0.1, alejándonos cada vez de la recuperación de la producción, recuperación que debe, como primera meta, recobrar el nivel de producción alcanzado antes de la aparición del Efecto Covid y, como segunda, recobrar el máximo histórico que se logró antes de la aparición del Efecto 4T, efectos que generaron presiones recesivas sobre la producción, mismas que no se han eliminado.

El decrecimiento en la producción de bienes y servicios no solo afecta a la oferta de los mismos. También perjudica a la creación de empleos, puesto que para producir alguien debe trabajar, y a la generación de ingresos, puesto que a quien trabaja se la paga, empleos e ingresos de los que depende, en buena medida, el bienestar de la gente.

No puede haber bienestar sin crecimiento. No puede haber mayor bienestar sin mayor crecimiento.

E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx

Twitter: @ArturoDammArnal

30 de agosto de 2022