"El derecho negado"

Oscar-Hernandez
Oscar Hernández

Avanzó hacia nosotros a paso veloz, con su uniforme de secundaria y tenis blancos.
Después de clases, acudió a su terapia de los martes; hoy realizó ejercicios de fuerza en antebrazos y cadera.
Diana, de 13 años, padece parálisis cerebral espástica, un tipo de paralisis que inhibe movimientos de los músculos.
El sueño trunco
Amplia sonrisa, ojos grandes y piel morena; Diana avanza en su silla de ruedas.
Lleva 10 años viviendo en un centro de rehabilitación. Fue abandonada al nacer. Cuando cumplió 3 años llegó aquí; desde entonces busca una familia.
“Cuando platico con Marisol me emociona escucharla; me cuenta de su familia y yo me quedo pensando: cómo será tener una familia, o hermanitos para jugar”, dice una adolescente que, de acuerdo con Sor Rutila, coordinadora del albergue, no ha podido encontrar un hogar. Su adopción se dificulta por sus condiciones físicas.
“Sí es más difícil que un niño con discapacidad sea adoptado por las disposiciones de los futuros padres; es por la situación de la imagen, todavía se tiende en México a esconder a niños con discapacidad”, sentencia Rutila, un tanto resignada.
De acuerdo con Fundación San Vicente, donde vive Diana, apenas el uno por ciento de estos niños encuentran una familia, y quienes los adoptan son en su mayoría extranjeros.
Realidades
Detrás de Diana, decenas de ninos con discapacidad, se trasladan al comedor. Algunos son asistidos para ese encargo; su motricidad es nula. Todos fueron abandonados al nacer o en sus primeros años de vida. El reto es encontrarles un hogar.
Hay asociaciones, como “Quinta Carmelita”, dedicada a promover las adopciones, que nunca han recibido una solicitud para adoptar a un niño con alguna discapacidad.
“Aquí hay niños de nueve, ocho años que tienen condiciones de retraso mental leve o paralisis cerebral y llevamos años buscándoles una familia y no ha llegado”, señala Georgina Ibáñez, directora de la Quinta.
En México, según refieren cifras del DIF, hay poco más de 30 mil infantes en espera de una familia; entre ellos 12 mil no tienen algún lazo familiar, es decir fueron abandonados; en este último número están los discapacitados, pero sin cifras oficiales.
El derecho a una familia
Que lejos está aquella Declaración de Los Derechos de Los Niños, donde el acceso a una familia es prioritario. La ONU fue tajante en esa sentencia, que hoy tiene poca validez, al menos para José, quien lleva 10 años en Fundación San Vicente, en espera de una nueva familia.
Este chico tiene 14 años. Padece mielomeningocele, una malformación del sistema nervioso central. No puede caminar.
Le cuesta trabajo articular palabras; nos comparte que cuando era niño, su padre lo trajo a este albergue. Prometió volver por José, pero no lo hizo.
“Me dijo que me quería mucho, que se iba a trabajar… yo creo que algún día regresará por mí y me iré con él”, nos dice José, quien con el paso de los años pierde más habla y movilidad, lo que complica su integración a una nueva familia.
Nuevas perspectivas
En México, la adopción de ninos con alguna discapacidad es casi nula. Para incentivar su llegada a un hogar, se simplificaron los requisitos. La respuesta llegó del extranjero.
“En los últimos 8 años hemos logrado ubicar a 13 niños… 10 de ellos fueron adoptados por estadounidenses, quienes tienen al menos una mayor apertura a conocerlos, y después se enamoran de ellos”, afirma Sor Rutila.
Es la realidad para decenas de ninos a quienes les fue negado el derecho a una familia, pero lo más grave viene después. Con los años y sin la posibilidad de una adopción, muchos de son segregados a la calle, o a centros donde reciben un trato inhumano.
En la siguiente entrega, compartiré dicha realidad y una que rompe con ella: les presentaré a Aurora, débil visual y auditiva, que perforó el corazón de una familia.
Óscar Hernández Bonilla

Óscar Hernández Bonilla es reportero de investigación en Proyecto 40. Conductor suplente en Informativo 40. Especializado en temas sociales y seguridad. Coberturas electorales, desastres naturales,  e internacionales: guerrilla de las FARC. “En cualquier parte hay algo valioso, digno de narrar; el reto es descubrirlo”.

E-mail: oskarhbonilla@gmail.com

Twitter: @ohernandezb