EL PRESUPESTO Y EL CRECIMIENTO

PESOS Y CONTRAPESOS

En el Paquete Económico 2020 se reconoce que el principal problema económico que enfrentamos es el bajo crecimiento. Por ello en el mismo deberíamos encontrar medidas para impulsarlo. No las encuentro.
El crecimiento se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, que depende de las inversiones directas, destinadas a producirlos, y por ello a crear empleos (se necesitan trabajadores para producir) y a generar ingresos (a los trabajadores hay que pagarles), inversiones directas que pueden ser de la iniciativa privada o del gobierno, debiendo ser las segundas complemento de las primeras, no sustitutas.
Una manera correcta de que el gobierno impulse el crecimiento de la economía es invirtiendo en obras de infraestructura para comunicaciones y transportes, indispensables para que la iniciativa privada invierta directamente, ya que se trata de inversiones complementarias. Una de las variables de la competitividad de un país (de su capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas) es la infraestructura de comunicaciones y trasportes, que depende de la inversión gubernamental.




En el documento Criterios Generales de Política Económica encontramos una serie de apoyos a determinadas actividades económicas: créditos a MiPymes; el programa de cadenas productivas de Nafin; créditos a Infonacot; créditos hipotecarios; ventanilla única en Nafin y Bancomext; programas de FIRA y FND; licitaciones anticipadas del Gobierno Federal en 2019 y 2020, con la intención de adelantar el gasto fiscal del año próximo, nada de lo cual incentivará suficientemente las inversión directa de los particulares.
Con relación a la inversión en infraestructura leemos que “utilizando el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) se impulsará la creación de nuevos proyectos de infraestructura, detonando una mayor inversión del sector privado”, que “de la mano de la iniciativa privada, se agregarán nuevas inversiones a tramos carreteros mediante desdoblamientos de concesiones carreteras existentes”, y que “en conjunto estos fomentarán una inversión total que planea detonar 52.4 mil millones de pesos”.




Sin embargo, según el análisis hecho por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, la inversión del gobierno en infraestructura en 2020 resultará 5.0 por ciento menor que en 2019, lo cual debe llevarnos a la pregunta de si realmente el gobierno tiene la intención de impulsar el crecimiento de la economía, siendo la inversión en infraestructura, siempre y cuando realmente sea pertinente, una manera eficaz de hacerlo.
No basta con reconocer que el principal problema económico es la falta de crecimiento. Falta estar dispuesto a remediarlo, y no parece que el gobierno lo esté. A los números me remito.
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