EL TUIT DE TRUMP

PESOS Y CONTRAPESOS

El pasado martes Trump tuiteó lo siguiente: “La Unión Europea viene a Washington mañana a negociar un tratado de comercio. Tengo una idea para ellos. Ambos, los Estados Unidos y la Unión Europea, soltamos todas las Tarifas, Barreas y Subsidios! A eso se le llamaría finalmente Libre Mercado y Comercio Justo. Espero que ellos lo hagan, nosotros estamos listos – pero no lo harán”.
¿Qué supondría que el gobierno de los Estados Unidos y las autoridades de la Unión Europea eliminen los lastres y obstáculos que arbitrariamente han impuesto a las relaciones comerciales entre europeos y estadounidenses?
Supondría el respeto a la libertad de estadounidenses y europeos para relacionarse comercialmente como más les convenga, sin que los gobiernos condicionen esa relación.
Supondría el libre comercio, y por ello quiero decir el verdadero libre comercio, no el comercio menos lastrado y menos obstaculizado, pero todavía muy obstaculizado y muy lastrado, que tenemos hoy, pese a los avances en la globalización, la integración de bloques comerciales, los tratados de libre comercio.




Supondría eliminar lo artificial, los lastres y obstáculos impuestos por los gobiernos a las relaciones comerciales entre europeos y estadounidenses, para dar paso a lo natural, las relaciones comerciales que espontáneamente se establecerían entre estadounidenses y europeos, según les resulte más conveniente.
Supondría lograr un mayor bien común, que es el resultado de cualquier intercambio entre un comprador y un vendedor, ya que cada uno valora más lo que recibe que lo que da a cambio, siendo el resultado un bien común: bien, porque ambas partes GANAN; común porque AMBAS partes ganan.
Supondría, gracias a la posibilidad de que europeos y estadounidense realicen más intercambios comerciales, una mayor producción de bienes, una mayor creación de empleos, una mayor generación de ingresos, un mayor bienestar.
Supondría reconocer lo importante, el intercambio comercial, y no lo trivial, la nacionalidad de quienes intercambian.
Supondría un ejemplo a seguir por gobiernos de otras naciones, que siguen creyendo en la imposición de lastres y obstáculos a las relaciones comerciales entre personas de distinta nacionalidad como medio para lograr un mayor progreso económico, cuando lo único que se logra es, uno, reducir, en cantidad y calidad, la oferta de bienes a disposición de los consumidores nacionales y, dos, reducir o eliminar la competencia de las importaciones para los productores nacionales, eliminando o reduciendo el único incentivo eficaz para que las empresas logren, en beneficio de los consumidores, la trilogía de la competitividad: menores precios, mayor calidad y mejor servicio.
Todo ello, y mucho más, supondría lo propuesto por Trump, quien, dicho sea de paso, puede hacerlo unilateralmente en beneficio de los consumidores estadounidenses. ¿Lo hará? No.
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