El vicio de gastar.

Gastar es una palabra común dentro del argot económico Mexicano, aplicado a todos los niveles, en todas sus áreas y en todas sus aristas; Tal parece que gastar es una de esas actividades incluyentes que no conoce de raza, género, edad, ingresos o buró de crédito.
Bueno, a simple vista se podría pensar que esta actividad tan común y cotidiana como lo es el pagar – Dar algo a cambio – por los productos que adquirimos – solventar nuestras necesidades, por muy subjetivas que estas sean – no tiene verdaderamente nada de malo, es decir, asumimos que gastar no solo es una consecuencia natural de la sociedad actual sino también un síntoma de bonanza y fortaleza. He aquí mi problema con la acción anteriormente descrita.
Y es que el conflicto en general devenido de gastar no es el uso que uno le da al dinero ganado honradamente, digo, para algo es su dinero, más bien se trata, como siempre, del uso irresponsable, sin miras a futuro.
Seguramente usted que lee estas palabras ya se ha figurado un ejemplo de lo que tengo a bien de describir: Algún individuo carente de toda responsabilidad que gasta, se endeuda, vuelve a gastar y vuelve a endeudarse, estando siempre en un bucle sin fin ajeno a toda estabilidad. Y reitero, este ejemplo práctico no busca juzgar de ninguna manera lo que hace usted (o el aquí citado) con sus recursos pero sí ilustrar lo que el Estado hace con los míos – Y los suyos, y los del amigo identificado. –
Si en el plano personal y familiar es terriblemente dañino para las carteras de los involucrados, imagínese en el plano macro económico, compuesto directamente por lo que se recauda de los ejercicios tributarios.
En efecto: el amigo irresponsable que solo sabe gastar y endeudarse es el funcionario público encargado de nuestras finanzas pues mediante bonos, partidos, programas sociales, campañas, subsidios y cuanto término más se le ocurra, nos somete a esta cruda dinámica.
Para ser más puntual: El problema de gastar sin responsabilidad son las consecuencias, que en este caso llamaremos deudas, mismas que se deben pagar, es decir, recursos aprovechables y que podrían ser destinados a cosas verdaderamente productivas se desvían hacia una especie de fosa cavada a base de irresponsabilidad tras irresponsabilidad. Este ejemplo es universal; pasa en nuestras casas, pasa en el gobierno.
Y del mismo modo en que evitamos inmiscuirnos económicamente con el amigo moroso, los inversionistas ven con malos ojos a nuestro país, desencadenando buena parte de la situación actual: Falta de empleos, de inversión, de seguridad y un sin fin de cosas más.
No por nada y de manera reiterada se ha exigido en este espacio un poco, siquiera, de responsabilidad por parte de nuestros “administradores”
Así, llegados a este punto, es pertinente decir que están derrochando nuestro dinero, que abren nuestras carteras a placer para servirse con la cuchara grande y luego, al ver que las cosas no van bien, volver a estirar la mano.
Hay que cortarles el grifo; hay que hacer algo con ese vicio tan político-mexicano de gastar y gatar.
“Kohoutek Velasco, miembro fundador de México Libertario. Ni de izquierda ni de derecha; Simplemente lógico. Activista y escritor liberal.”
Blog: http://elojodelumieres.weebly.com/
Kohoutek@live.com.mx

facebook.com/kohoutek.v
twitter.com/KohoutekV
facebook.com/MexicoLibertarioML