EMPRESARIOS Y SALARIO

PESOS Y CONTRAPESOS
A partir de enero el salario mínimo general pasará de 102.68 a 123.22 pesos diarios. El salario mínimo en la frontera norte pasará de 176.72 a 185.56.
No son pocos los líderes empresariales que ven con buenos ojos el incremento en el salario mínimo, por el cual se va superando el rezago que, en términos de su poder adquisitivo, se fue acumulando en las últimas décadas, como sucede cuando la inflación se dispara, tal y como sucedió en las décadas de los sesenta y ochenta del siglo pasado.




Un empresario de Veracruz, que ve con buenos ojos el aumento salarial, me escribe al respecto: “Soy empresario, no sé de economía, pero sí sé trabajar con la gente, y pagándoles una mierda no se puede trabajar bien” o, esto ya lo digo yo, no tan bien como se podría trabajar si se les pagara mejor. Que los aumentos salariales son un buen incentivo para que los asalariados trabajen mejor, sin duda, pero hay que distinguir entre el aumento salarial que tiene como fin incentivar un mejor trabajo en el futuro y el que tiene como meta premiar la realización de un mejor trabajo en el pasado. ¿Qué es primero: el trabajo mejor realizado (aumento en la productividad y la producción) y luego el aumento salarial, o el aumento salarial y luego el trabajo mejor realizado (incremento en la productividad y la producción)? Además no hay que olvidar que, el final de cuentas, al margen de la productividad, el salario se determina por la relación oferta – demanda de trabajo en cada mercado laboral.




Si algunos empresarios consideran que aumentando los salarios logran un mejor desempeño de sus empleados, o si creen que por justicia, con el fin de superar el rezago en el aumento del poder adquisitivos de los mismos, debe aumentarse considerablemente el salario mínimo, no tienen que esperar a negociarlo en el seno de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, ni a que, una vez negociado, el gobierno lo decrete. Como le respondí el empresario veracruzano: “Usted, como empresario, no tiene que esperar a que el gobierno decrete un aumento salarial para dárselo a sus trabajadores. Si considera que sus trabajadores trabajarán mejor pagándoles más (lo cual puede ser cierto), auménteles el salario”, lo cual, dependiendo del tipo de mercado laboral del que se trate, producirá distintos escenarios.
Si la empresa es la única que demanda el tipo de trabajo X será salario – determinante y podrá fijarlo al nivel que quiera. Por el contario, si hay varias empresas que demandan el tipo de trabajo X, entonces serán salario – aceptantes y no podrán fijarlo al nivel que quieran. Si lo fijan por arriba del salario de mercado, el que están pagando las otras empresas, aumentarán su oferta de trabajo y, si no pueden contratar a todos, tendrán que bajar el salario. Con el mercado no se juega.
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