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| Kohoutek Velasco |
Enero no tuvo que llegar ni a su primera quincena para sorprendernos con uno de los miedos más naturales que comparten interesados o no en materias económicas y financieras: Los aumentos en precios de la canasta básica, principalmente.
Tras el aumento de las Gasolinas, productores, distribuidores, comerciantes y consumidores finales han atestiguado un incremento en sus costos de operación – Recordemos que prácticamente todas las actividades económicas tienen interacción con las gasolinas aun cuando esta sea de manera mínima. – y la respuesta de la Secretaria de Economía fue estandarizar dicho impacto.
No importa que tan grande seas, no importa que tan preparado estés; mucho menos si eres una PyME o un empresario que empieza a palpar el terreno, para la SE todo cuesta lo mismo y todo debe tener el mismo impacto.
Lo que estoy mencionando no es algo menor pues bien puede ser un recurso precursor a controles de precio directos, en el entendido de que este funge como uno medianamente indirecto, es decir, no están estandarizando precios, pero si aumentos y costos.
Este es un instrumento de manipulación de mercado, además de que exhibe, nuevamente, la fuerza coercitiva que tiene el estado en materia económica y sus ampliaciones en las ambiciones electorales, porque vamos, está claro que se persigue no la estabilidad o el desarrollo, mucho menos la salud fiscal, sino la aprobación nacional y, naturalmente, el respaldo a un “proyecto” que está por encarar compromisos electorales, sea en el Estado de México y posteriormente en todo el país.
A resumidas cuentas, la Secretaria de Economía no está decretando los precios, pero sí en cuanto puedes aumentar dichos precios.
Y no, cuando se manipula al mercado de esta forma, no hay manera alguna de que los sectores vulnerables de la población se vean beneficiados en el largo plazo.
Vamos, esta medida de respuesta está dirigida a “permear” en el corto plazo los contraproducentes efectos del alza a las Gasolinas, afectando directamente a los pequeños productores y comerciantes, es decir, a esos sectores vulnerables que están luchando por tener una situación mucho más favorable de manera honesta.
¿De qué sirve, entonces, que los precios se “mantengan” si por dicha contención terminas perdiendo tu fuente de empleo? Espero que ahora esté más claro que el camino elegido por nuestros altos funcionarios es uno de perder-perder, afectando a unos más que otros, pero afectando mucho más en el largo plazo. Indudablemente, la solución iba por otro lado.
Nuevamente, entonces, somos testigos de un castigo a la productividad, al trabajo, que no va en favor de los más desfavorecidos, eso tiene que quedar muy claro, sino en pro de una “imagen política” que murió desde hace varios años.
“Kohoutek Velasco, miembro fundador de México Libertario. Ni de izquierda ni de derecha; Simplemente lógico. Activista y escritor liberal.”
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