Expectativas Inflacionarias

El Banco de México aumentó la Tasas de Interés Interbancaria, TII, de 7.00 a 7.75 por ciento con el fin de seguir combatiendo el repunte en la inflación, que durante la primera quincena de junio fue 7.88 por ciento, considerando que, cito del comunicado oficial, “el balance de riesgos respecto a la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico presenta un considerable sesgo al alza”, por lo que “la Junta de Gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas (…) con el objetivo de determinar una tasa de referencia congruente en todo momento, (…) con la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3% en el plazo en el que opera la política monetaria…”, plazo que se espera de cinco trimestres, ya que, según las proyecciones, será hasta el segundo trimestre de 2023 cuando se logre una inflación del 3.5 por ciento.

En el comunicado se mencionan las expectativas, sobre las cuales debe actuar la política monetaria. ¿Qué tienen que ver con la inflación? Aparentemente mucho, nada en realidad.

Aparentemente mucho. Supongamos que todos los oferentes de bienes y servicios tienen la expectativa de que la inflación, en los próximos doce meses, será del 10 por ciento. ¿Qué les conviene hacer? Aumentar sus precios, desde hoy, por arriba de la inflación esperada, digamos en un 15 por ciento. ¿Resultado? Generaron inflación (15 por ciento), mayor a la que esperaban (10 por ciento). ¿Será?

Nada en realidad. Supongamos tres oferentes de bienes y servicios, A, B y C. A ofrece su producto a $10, B a $20 y C a $30. Supongamos que en la economía solo hay 60 pesos, los necesarios para poder comprar los productos a los precios señalados. Supongamos que A, B y C tienen la expectativa de que la inflación, en los próximos doce meses, será del 10 por ciento, por lo que aumentan sus precios 15 por ciento, de tal manera que ahora son: A $11.50, B $23:00 y C $34.50. ¿Resultado? Inflación. ¿Será? No, porque si la cantidad de dinero se mantiene en 60 pesos, no hay dinero suficiente para comprar los tres productos a precios mayores. Para que la expectativa de inflación, y las conductas consiguientes de los oferentes, generen inflación, es necesario que la cantidad de dinero aumente en 15 por ciento, de 60 a 69 pesos, para que haya dinero suficiente para poder comprar los tres productos a los nuevos precios, aumento en la cantidad de dinero responsabilidad de los bancos centrales.

Conclusión. Las expectativas inflacionarias, por sí mismas, no generan, ni inflación, ni repuntes en la inflación. En todo caso son condición necesaria, pero no suficiente, para ello. Las expectativas inflacionarias, sin un aumento en la cantidad de dinero que se intercambia en la economía, se quedan en expectativas no cumplidas.

Vuelvo a la pregunta de los dos Pesos y Contrapesos anteriores. ¿Cuántas veces se menciona, en el Anuncio de Política Monetaria, cuando se analizan las causas del repunte en la inflación, el comportamiento de la cantidad de dinero que se intercambia en la economía (monedas y billetes en circulación), que de mayo de 2021 a mayo de 2022 aumentó 15.4 por ciento? Ni una.

E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx

Twitter: @ArturoDammArnal

26 de junio de 2022