GOBIERNO, ¿QUÉ DEBE HACER? (Segunda de dos partes)

PESOS Y CONTRAPESOS
La reforma fiscal correcta, antes de preguntar qué impuestos cobrar, a qué tasa, y a quiénes, debe revisar en qué, cuánto y cómo gasta el gobierno, revisión que tiene sentido si conocemos la respuesta a la pregunta qué debe hacer el gobierno, que puede responderse a partir de esta frase de Federico Bastiat: “La ley es la fuerza, y consiguientemente el campo de acción de la ley no debe extenderse más allá del legítimo campo de acción de la fuerza”. Sustituimos ley por gobierno y queda así: “El gobierno es la fuerza, y consiguientemente el campo de acción del gobierno no debe extenderse más allá del legítimo campo de acción de la fuerza”.
Tres son los poderes (fuerzas) del gobierno: obligar, prohibir y castigar. El primer ejercicio de estos poderes es obligar a los ciudadanos a entregarle parte del producto de su trabajo, que en eso consiste cobrar impuestos. (Si las personas tienen derecho al producto íntegro de su trabajo, ¿cómo justificar los impuestos?). El segundo poder es castigar a quien no cumpla con esa obligación. (Es más fácil que el gobierno castigue al contribuyente incumplido a que el contribuyente sancione al gobernante deshonesto e ineficaz. ¡Vaya asimetría!).
¿Cuál es el legítimo campo de acción del poder gubernamental? El legítimo campo de acción de cualquier poder. ¿En qué casos se justifica que una persona use el poder? En los que sus derechos son violados, en los que es víctima de algún delincuente. ¿En qué casos no se justifica que una persona use el poder? En los que viola derechos, en los que resulta victimario. El legítimo campo de acción del poder (fuerza) es el de la defensa de los derechos. Aplicado al gobierno esto quiere decir que el mismo debe limitarse a prohibir que se violen derechos; a prevenir su violación; a castigar al violador; a obligarlo a resarcir a la víctima. A hacer valer el Estado de Derecho.
Cito lo escrito en otro Pesos y Contrapesos: “Si el año pasado el gobierno se hubiera limitado a la realización de sus tareas esenciales, aquellas a las que no puede renunciar sin dejar de serlo, que son garantizar la seguridad de los ciudadanos e impartir justicia, y tomando en cuenta el presupuesto de las dependencias involucradas con esas funciones (…), con el Impuesto Único, Universal, Homogéneo al Consumo Final de 1.34 por ciento (…), hubiera alcanzado para financiar ese presupuesto, lo cual nos da una idea de cuánto nos cuesta un gobierno que, además de ser gobierno, pretende ser, desde ángel de la guarda, y preservarnos de todos los males, hasta hada madrina, y concedernos todos los bienes”.
¿Ya queda claro por qué la reforma fiscal correcta debe comenzar por revisar en qué, cuánto y cómo gasta el gobierno, para lo cual hay que tener la respuesta correcta a la pregunta qué debe hacer el gobierno?
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