INFLACIÓN A LA BAJA

PESOS Y CONTRAPESOS

En 2015 la inflación anual fue 2.13 por ciento, la menor desde 1970. En 2015 se cumplió con creces la meta de inflación del Banco de México, que era, y sigue siendo, del 3 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, lo cual quiere decir que la máxima inflación tolerable es del 4 por ciento y la mínima aceptable del 2, lo cual resulta paradójico. Lo explico.
Que la máxima inflación tolerable sea 4 por ciento quiere decir que la máxima pérdida permisible de poder adquisitivo de nuestro dinero, ¡según las autoridades monetarias!, es de 4 puntos porcentuales, y que dichas autoridades deben hacer todo lo que esté a su alcance para evitar que la inflación se sitúe por arriba del 4 por ciento y, de situarse, para frenarla y mantenerla por debajo del mismo, lo cual tiene sentido porque el objetivo es que nuestro dinero no pierda tanto poder adquisitivo.
Sin embargo, que la mínima inflación aceptable sea de 2 puntos porcentuales quiere decir que la mínima pérdida tolerable de poder adquisitivo de nuestro dinero, ¡según el Banco de México!, es de 2 por ciento, y que el banco central debe hacer todo lo que esté en su poder para evitar que la inflación se ubique por debajo de los 2 puntos porcentuales y, de ubicarse, para impulsarla y sostenerla por arriba de los mismos, lo cual no tiene sentido porque el fin debe ser que nuestro dinero no pierda poder adquisitivo.
Establecer un límite máximo a la inflación tiene cierto sentido. Imponerle uno mínimo no.
Volvamos a los números. En 2015 la inflación anual fue 2.13 por ciento, en 2016 3.36, en 2017 6.77. El año antepasado la inflación repuntó 57.7 por ciento y el año pasado 101.5. ¿Qué ha pasado en lo que va del 2018? En enero, febrero y marzo la inflación anual resultó 5.55, 5.34 y 5.04 por ciento. La buena noticia: la inflación suma tres meses consecutivos a la baja. La mala: sigue estando por arriba de la máxima inflación tolerable, 4 por ciento. Sumamos ya quince meses consecutivos, de enero de 2017 a marzo de 2018, con la inflación por arriba de la máxima inflación tolerable, según la meta que se imponen a sí mismas (¿se vale esta autoimposición?) las autoridades monetarias: no más del 4 por ciento.
¿Qué se espera, en materia de inflación, para el futuro cercano? Según los resultados de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, correspondiente a marzo, que levanta el Banco de México, la expectativa de inflación (media de las respuestas) para 2018 es del 4.07 por ciento y para 2019 del 3.67, previéndose que se mantenga la tendencia a la baja que se observó de enero a marzo pasados, lo cual es una buena noticia.
La pregunta de fondo sigue siendo si es correcto que el Banco de México fije metas de inflación, es decir, acepte y procure, aunque sea en porcentajes mínimos, la pérdida del poder adquisitivo de nuestro dinero, y subrayo esta palabra: nuestro.
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