IZQUIERDA INTELIGENTE, ¿POSIBLE

PESOS Y CONTRAPESOS
El común denominador de la izquierda es la redistribución del ingreso, mismo que no puede redistribuirse si antes no se genera, lo cual tiene lugar gracias a las inversiones directas que llevan a cabo los empresarios, mismas que crean empleos y les permiten, a quienes obtienen esos puestos de trabaja, generar ingreso.
La izquierda inteligente entiende que antes de redistribuir el ingreso hay que generarlo y, en consecuencia, suponiéndola gobierno, no impone obstáculos y lastres, ni al quehacer de los empresarios, ni a la operación de las empresas, lo cual supone el respeto a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, el respeto a la propiedad privada sobre los medios de producción, y la mayor competencia posible, en todos los sectores de la actividad económica, en todos los mercados de la economía. La izquierda, que de la mano de AMLO llegará a la Presidencia de la República, ¿es inteligente?
El común denominador de la izquierda es la redistribución del ingreso con el fin de que los pobres satisfagan sus necesidades: el gobierno (por medio de los impuestos) le quita a Pedro lo que, por ser producto de su trabajo es de él, para darle a Juan (a través del gasto social) lo que, por no ser producto de su trabajo no es de él, con la intención de que Juan satisfaga sus necesidades, todo lo cual parte de la creencia, ¡falsa!, de que las necesidades insatisfechas de Juan le dan derecho a una parte del ingreso de Pedro, derecho que debe hacerlo valer el gobierno, para lo cual debe redistribuir el ingreso desde Pedro hacia Juan.
Estoy en contra de la redistribución del ingreso, pero me queda claro que los gobiernos seguirán redistribuyendo, redistribución que debe hacerse de la manera más eficaz posible, lo cual se logra dándole a los beneficiarios de la redistribución (Juan) la libertad de elegir, lo cual se consigue otorgando vales intercambiables por algún satisfactor, para lo cual el gobierno debe, por ejemplo, garantizar la educación pero no volverse el educador.
Desafortunadamente en el Art. 3 constitucional se señala, no que el Estado garantizará la educación, sino que el Estado, que para todo efecto práctico es el gobierno en turno, impartirá educación, lo cual lo convierte, no en el garante de la educación, sino en el educador, algo muy distinto y peligroso porque la educación impartida por el gobierno puede convertirse fácilmente en adoctrinamiento.
Otra característica de la izquierda inteligente, que en este caso implica un elemento liberal a favor de la libertad de elección, es que se limita a garantizar el acceso a ciertos satisfactores (por ejemplo: alimentación, atención médica, educación) sin convertir al gobierno en proveedor de los mismos, para lo cual debe recurrirse a los vales que, entre otras ventajas, le da a quien los recibe la libertad de elegir proveedor.
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