LA TII Y EL CRECIMIENTO

PESOS Y CONTRAPESOS

El principal reto económico que hemos enfrentado en México desde 1982 (y se dice rápido pero estamos hablando de 37 años), es el de recuperar el crecimiento elevado y sostenido, mismo que perdimos aquel año y haya ahora no hemos recuperado.
Entre 1958 y 1981 (la última época de crecimiento elevado y sostenido), el crecimiento promedio anual de la economía fue 6.8 por ciento. En 1982 lo perdimos, y de aquel año al 2018 (todavía en la época del crecimiento mediocre), la economía creció, en promedio anual, 2.3 por ciento, y todo indica que, por lo menos en los próximos tres años, el crecimiento estará por debajo de ese promedio. Según la encuesta de agosto del Banco de México sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, el crecimiento de la economía en 2019, 2020 y 2021 será: 0.50, 1.39 y 1.83 por ciento, lo cual promediará 1.24 por ciento.




El INEGI acaba dar a conocer el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) para agosto, que confirma el atorón que enfrenta la economía. Entre enero y agosto del año pasado el IGAE creció, en comparación anual, y en promedio mensual, 1.94 por ciento. Un año después, entre enero y agosto pasados, creció solamente 0.11 por ciento. La cantidad de bienes y servicios producidos durante los primeros ocho meses de 2019 fue solamente 0.11 por ciento mayor que la de 2018, prácticamente nada, lo cual, dado que la población crece al 1.2 por ciento, resulta preocupante.
Por su parte las autoridades monetarias decidieron bajar la Tasa de Interés Interbancaria (TII) de 8.00 a 7.75 por ciento, lo cual se justifica, básicamente, por la baja en la inflación, que hace un año era 4.88 y ahora es 2.99 por ciento. La herramienta que se usa para combatir la inflación es la TII: a mayor inflación mayor TII y a menor inflación menor TII. Si la inflación baja, y ha bajado, la TII puede bajar, y ha bajado, lo cual, aunque no es la intención de las autoridades monetarias, ¡ni debe serlo!, y según la opinión de algunos, puede incentivar el crecimiento de la economía, lo cual no pasará.




Se supone que a menores tasas de interés mayor demanda de crédito para invertir de parte de los empresarios, y que a más inversiones mayor producción de bienes y servicios, que es la variable con la que se mide el crecimiento. Dos preguntas. ¿Los empresarios no invierten porque el crédito está caro? ¿Qué efecto tendrá la baja en la TII sobre el resto de las tasas, comenzando por las activas?
La principal causa del atorón de la actividad económica es el desplome de las inversiones directas, y la principal causa del mismo es la desconfianza que AMLO ha generado entre los empresarios, algo que no se contrarresta con una baja de un cuarto de punto porcentual en la TII.
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