Las redes sociales no son tan “light” como parecen. A través de las redes sociales podemos ser espiados. Hay quienes conocen nuestra vida a través de lo que publicamos y de este modo descubren nuestros gustos y aficiones. Incluso hasta nuestra sicología y esta información la venden a empresas que pagan caro por ella.
Nuestra privacidad en redes sociales no es real. Aunque bajemos las fotos o cerremos nuestras cuentas, la información permanece viva, aunque no esté a la vista de todos. Sin embargo, un profesional la puede rescatar con toda facilidad.
Ahora que inician las campañas electorales en varios estados, veremos en redes sociales un auténtico lodazal compuesto por infundios, rumores, recriminaciones, verdades muy agresivas y hasta mentiras sin sustento, con que los equipos de unos, tratan de aniquilar a sus contrincantes. Las redes sociales son la jungla salvaje que no está controlada por el INE, como si lo están la TV, la radio, la prensa escrita y las carteleras espectaculares.
De este modo no ganarán los mejores, sino quienes tengan los equipos más hábiles y efectivos. Podríamos decir que las redes sociales aún no logran impactar en nuestro país en regiones como el campo ni las zonas rurales, que aún constituyen un amplio territorio, principalmente en el sur de México.
Sin embargo, lo que en las redes sociales impacta, alimenta los noticieros de la radio y la televisión abierta, así como la prensa escrita y con ello se empiezan a generar los rumores que circulan de boca en boca con gran rapidez. Lo que inicia en el mundo virtual y electrónico hoy termina bajando a la vida cotidiana, al mundo real.
El común de las personas considera inofensivas a las redes sociales. Sin embargo, a la par de las frivolidades que publican la gran mayoría de los usuarios, hay equipos profesionales dedicados a generar fenómenos virales de tipo propagandístico, como lo hacen los grupos terroristas en todo el mundo para ganar adeptos para su causa, redes de trata de personas buscando gente incauta e incluso fenómenos de alto riesgo como lo es el “reto de la ballena azul” que parece inofensivo hasta que al final del proceso inducen a los participantes al suicidio.
La red social es con mucho un gran descubrimiento que puede convertirse en una herramienta de educación, información, desarrollo y comunicación.
En el ámbito político y social puede formar “ciudadanía” y reconstruir el tejido social. Convertirse incluso en el instrumento de la educación escolar.
Sin embargo, manejada irresponsablemente se convierte en instrumento de manipulación y control, de sedición e incluso, un vehículo para cometer actos delictivos.
Defender la libertad de expresión y de acceso a la información en este caos virtual que puede impactar el mundo real, requiere de una atención inmediata.
No se deben, ni se pueden poner restricciones al manejo de las redes sociales pues ni es ético, ni viable.
¿Qué tanto han impactado este mundo?… podríamos decir que están influyendo en nuestra conducta, valores y hasta estilo de vida.
Lo podemos ver en esta nueva tendencia aparentemente inofensiva. Se ha desatado un fenómeno exhibicionista que no respeta edades ni condiciones sociales, educativas o económicas.
Nadie se resigna a llevar como sucedía antes, una vida discreta. Hoy hay un deseo real de protagonismo e influir en la vida de quienes nos rodean. Cada quien se desvive por mostrar sus símbolos de éxito que halagan su vanidad; sus viajes, fiestas y todo aquello que le genera significado.
Hay quienes exhiben con orgullo su vida familiar. Otros sus habilidades culturales y artísticas en busca de reconocimiento y quizá la fama. Otros más se desviven por compartir sus ideas y reflexiones para llegar a ser líderes de opinión.
Sin embargo, las redes sociales tienen también su lado “oscuro”, donde trabajan profesionales de la manipulación.
Es muy importante sensibilizar a quienes nos rodean de que no todo lo que circula en las redes es verdad, ni siquiera busca nuestro bienestar, pues sirve a intereses comerciales o políticos.
Se debe trabajar aún más en la creación de una cultura de responsabilidad en el uso de las redes sociales.
¿Usted cómo lo ve?
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