Llegó para quedarse

En lo que va del siglo hemos tenido tres repuntes en la inflación, definidos como aumentos sostenidos por arriba de la meta de inflación, tres por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que mínima inflación aceptable es dos y la máxima cuatro.

El primero tuvo lugar de octubre de 2007 a diciembre de 2008. Duró 14 meses y la inflación pasó de 3.74% a 6.53%, un aumento de 2.79 puntos porcentuales, el 74.60%.

El segundo se registró de diciembre de 2015 a diciembre de 2017. Tuvo una duración de 23 meses y la inflación repuntó de 2.13% (mínimo histórico), a 6.77%, un incremento de 4.64 puntos porcentuales, el 217.84%.

El tercero tuvo lugar de abril de 2020 a octubre de 2022. Su duración fue de 30 meses y la inflación aumentó de 2.15% a 8.77% (máximo del siglo), un repunte de 6.62 puntos porcentuales, el 307.91%.

En lo que va del siglo, tres repuntes en la inflación, cada vez más largos (14, 23 y 30 meses,), y cada vez mayores (74.60%, 217.84% y 307.91%).

Actualmente estamos pasando por un proceso de reducción de la inflación, lo cual quiere decir que el Índice Nacional de Precios al Consumidor, con el que se mide la inflación (la definición correcta de inflación es “aumento en el Índice Nacional de Precios al Consumidor), aumenta cada vez menos, por lo que se sigue perdiendo, aunque menos, el poder adquisitivo de nuestro dinero, y por lo tanto de nuestro trabajo, violándose el derecho de propiedad al poder adquisitivo íntegro del trabajo, que forma parte del derecho de propiedad sobre el producto íntegro del trabajo.

Entre octubre de 2022 y la primera quincena de septiembre de 2023, la inflación se redujo de 8.77% a 4.44%, todavía por arriba de la máxima aceptable, cuatro por ciento, pero con tendencia hacia la misma. Según el promedio de las 36 respuestas recibidas por el Banco de México, en la encuesta de agosto sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, la inflación en agosto de 2024 será 4.19% (3.36% según la expectativa más optimista, 4.97% según la más pesimista), y para el 2024 será 3.98% (3.22% según la expectativa más optimista, 4.64% según la más pesimista).

En el más reciente Anuncio de Política Monetaria, del Banco de México, La Junta de Gobierno considera que será en el segundo trimestre del 2024 cuando, en promedio trimestral, la inflación resulte del 4.00%, en el límite superior de la meta, y que será en el segundo trimestre de 2025 cuando resulte 3.1%, una décima de punto porcentual por arriba de la meta puntual, tres por ciento.

¿Cuándo se acabará la inflación, la pérdida del poder adquisitivo de nuestro dinero, de nuestro trabajo, inflación que viola el derecho de propiedad, por lo que resulta, no solo económicamente ineficaz, sino éticamente injusta? Mientras el Banco de México tenga metas de inflación, nunca, porque el que las tenga quiere decir que tiene que hacer, lo que tenga que hacer, para lograr una inflación entre dos y cuatro por ciento, consecuencia, probablemente, de la aversión a la deflación (que viene desde la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado, y que no distingue entre la mala y la buena deflación, grave error), misma que se evita permitiendo o generando un poco de inflación, en nuestro caso entre dos y cuatro por ciento. La inflación llegó para quedarse.