PESOS Y CONTRAPESOS
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| Arturo Damm Arnal |
Hay quienes conciben a los países como barcos y a sus gobernantes como timoneles, barco y timonel que son las imágenes que, como analogía, usan para representar el proyecto de nación, que siempre es el proyecto de alguien, que debe imponerse a los demás, violando la libertad individual. Leemos en la cuenta de Twitter @DiputadosPRI: “Los mexicanos hemos puesto al país en movimiento, hay timón y timonel. La nave llegará a buen puerto liderada por @EPN”.
No necesitamos un proyecto de nación, sino una nación en la cual cada quien, respetando los derechos de los demás, y sin ninguna ayuda gubernamental (apoyo, subsidio, concesión, exención, etc.), pueda sacar adelante sus proyectos. Esto es lo que corresponde a una sociedad en la cual se respeta la libertad individual, la propiedad privada, y la responsabilidad personal, siendo ese respeto la esencia de la convivencia civilizada, en la cual lo único que se le exige a las personas es respetar los derechos (¡que realmente lo sean!) de los demás, único “proyecto de nación” válido.
Lo único que debe exigirse a todos los ciudadanos de un país es el respeto a los derechos de los demás. Cumplida esa exigencia que cada uno haga, en el buen sentido del término, lo que le dé la gana, sin que nadie lo obligue a algo distinto. Sin embargo, quienes conciben al país como un barco, y al presidente como su timonel, lo que creen es que al ciudadano debe exigírsele algo más, de hecho mucho más, que el respeto a los derechos de los otros, algo más que tiene que ver con ese proyecto de nación que, por ser precisamente eso, de nación, obliga a todos los nacionales, con todas las amenazas que ello implica para la libertad individual.
Usted, ¿le reconoce al gobierno el poder de obligarlo a algo más que no sea el respeto a los derechos de los otros? ¿Cree que México es un barco y el presidente su timonel? ¿Cree que necesitamos un proyecto de nación?
E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx
Twitter: @ArturoDammArnal
