¿NO MÁS GASTO?

PESOS Y CONTRAPESOS
Todo gobierno nuevo, y el de AMLO no será la excepción, mantiene los programas de gasto de su antecesor (en el mejor de los casos se les cambia el nombre) y pone en marcha sus propios programas (por los cuales, se supone, votó el electorado), generándose una tendencia de largo plazo hacia un gasto gubernamental cada vez mayor, tanto en términos absolutos (pesos) como relativos (proporción del PIB).
La propuesta de AMLO es que, de lo obtenido por el recorte de sueldos del personal de confianza de la Administración Pública Federal, por el despido del 70 por ciento de dicho personal, y por lo que se rescate de la corrupción, alcanzará para pagar los viejos (heredados) y nuevos (propuestos) gastos del gobierno, sin necesidad de aumentar impuestos y/o contraer más deuda, lo cual daría como resultado, para 2019, un Presupuesto de Egresos de la Federación igual, por lo menos en términos reales (descontada la inflación esperada para el año entrante) al de 2018, que suma 5.3 millones de millones de pesos.
La propuesta de AMLO es a favor, primero, de una reasignación de gasto (le quito a X para darle a Y) y, segundo, de un mejor gasto (gastar en Y es mejor que gastar en X), pero no de un mayor gasto (lo que se le da a Y previamente se le quitó a X), por lo que el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019, en términos reales, tendrá que ser igual al del 2018. ¿Lo será? Ya lo sabremos y aquí lo comentaré.
¿Qué podría pasar si, recorte de los sueldos del personal de confianza, despido del 70 por ciento de ese personal, y lucha contra la corrupción de por medio, los recursos obtenidos no alcanzan para financiar los nuevos programas que AMLO pretende poner en marcha, desde el aumento en las pensiones para la gente mayor hasta las becas para los ninis? Una de tres: o recorta gastos, faltando a su promesa; o aumenta impuestos y/o contrae más deuda, también faltando a su promesa; o recorta gastos y aumenta impuestos y/o contrae más deuda, faltando igualmente a su promesa. Suponiendo tal escenario, ¿cuál es la opción correcta? La primera, recortar gastos, correcta desde el punto de vista económico, pero no necesariamente desde el político. Imaginando tal situación, ¿qué podría más en el ánimo de AMLO: la conveniencia política o la corrección económica?
La propuesta de AMLO es a favor de una reasignación del gasto (le quito al funcionario público para darle al ciudadano, sobre todo al más necesitado) y, consecuencia de ello, de un mejor gasto (gastar a favor de los ciudadanos más necesitados, desde los pensionados hasta los ninis, es mejor que gastar en los funcionarios públicos), todo lo cual deberá reflejarse en el Prepuesto de Egreso de la Federación para el 2019 que, de entrada, en términos reales, tendrá que ser igual al del 2018. ¿Lo será? Ya veremos.
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