PESOS Y CONTRAPESOS. INFORMACIÓN INCOMPLETA.

Si tuviera que elegir, de entre todas las variables que hay en el mundo de la economía, una sola para responder a la pregunta ¿cómo va la economía?, esta sería la inversión directa, que los empresarios destinan (i) a la producción de bienes y servicios, con los que satisfacemos nuestras necesidades, y con la que se mide el crecimiento de la economía; (ii) a la creación de empleos, ya que para producir alguien debe trabajar; (iii) a la generación de ingresos, ya que a quien trabaja se le paga por hacerlo; empleos e ingresos de los que depende el bienestar de las personas, que ha de ser el resultado de la generación personal de ingreso, gracias al trabajo propio, no de la redistribución gubernamental del mismo.

La inversión directa se divide en dos: nacional y extranjera, siendo intrascendente el país de origen de tales inversiones. Para efectos de la producción de satisfactores, de la creación de empleos, de la generación de ingresos, y del bienestar, lo mismo da que los capitales invertidos sean nacionales o extranjeros. Lo importante es que son capitales y que se invierten de manera directa.

La semana pasada la Secretaría de Economía dio a conocer los resultados de la Inversión Extranjera Directa (IED), para el 2024. Cito del comunicado oficial: “Al cierre de 2024 se registró un nuevo máximo histórico de Inversión Extranjera Directa (IED) en México con 36 mil 872 millones de dólares (mdd), siendo la cifra más alta del periodo (sic) desde que se tiene registro”. ¿Buena noticia? Sin más análisis, sin duda alguna. Se trata de un máximo histórico.

Prosigo con el comunicado: “Al cierre de 2024, México registró IED por 36 mil 872 millones de dólares, cifra 2.3% mayor en comparación con la reportada en el mismo periodo (sic) de 2023”. ¿Buena noticia? Comparemos. El crecimiento promedio anual de la IED en los primeros cinco años del primer piso de la 4T (2019 a 2023), fue 3.0%. El crecimiento del 2024, 2.3%, resultó 0.7 puntos porcentuales menor que dicho promedio, el 23.3%. Otra comparación. El crecimiento promedio anual de la IED durante el sexenio de EPN (2013 a 2018), fue 29.9%. Durante el gobierno de AMLO (2019 a 2024), fue 2.9%, 27 puntos porcentuales menor, el 90.3%.

En cuanto al país de origen el 45% de la IED provino de los Estados Unidos de América, el 12% de Japón, el 10% de Alemania, el 9% de Canadá, el 5% de Países Bajos. El restante 19% de otros países.

En cuanto al destino geográfico de la IED el 39% se destinó a la Ciudad de México, el 7% al Estado de México, otro 7% a Baja California, el 6% a Nuevo León, el 4% a Chihuahua, otro 4% a Guanajuato, otro 4% a Baja California Sur, el 3% a Puebla, otro 3% a Jalisco, otro 3% a Querétaro. El restante 20% de otras entidades federativas.

En cuanto al destino de la IED por sector de actividad económica el 54% se destinó al sector manufacturero, el 16% al de servicios financieros, el 7% al del transporte, otro 7% al de alojamiento temporal, el 6% al del comercio al por mayor, el 4% al de la minería, otro 4% al de comercio al por menor, el 2% al de servicios profesionales.

Lo más destacable: con 36 mil 872 millones de dólares, el año pasado se logró un máximo histórico. ¿Gran proeza? Para ponerlo en perspectiva tengamos en cuenta que el año pasado el envío de remesas sumó 64 mil 745 millones de dólares, 27 mil 873 millones más que la IED, 75.6%.

Continuará.