¿Prohibición o educación e información? Oaxaca, México y la comida chatarra

Nunca debe dejar de ser importante el hablar de lo nocivo que resultan las prohibiciones “legales”, que esta vez se vieron reflejadas hace poco más de una semana en el Congreso de Oaxaca, donde se aprobó con 31 votos a favor en el Pleno, la reforma para adicionar al art. 20 Bis de la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, convirtiéndose así, el primer estado en prohibir la distribución, venta, regalo y suministro de bebidas azucaradas y alimentos chatarra a menores de edad.
Aunque, si dicha reforma hubiese sido 100% coherente consigo misma, debió de haber abarcado la prohibición del chocolate, tamales oaxaqueños, tlayudas, pan de yema y hasta los jugos frescos, alimentos que tienen un alto contenido de grasas, calorías y azúcares ¡Descabellado e irónico! ¿No lo cree?
Dicho acto es una clara muestra del gobierno “ángel de la guarda”, como lo llamaría el Mtro. Arturo Damm Arnal, gobierno que pretende “protegernos de todos los males”, comenzando por los que podemos hacernos a nosotros mismos, pero, que desconoce la dignidad de la persona y atenta contra la responsabilidad individual.
Nuestros legisladores (locales y federales) piensan que la solución más eficaz a diversos problemas que nos atañen es la prohibición, pero entendamos que las prohibiciones “legales” no funcionan, los hechos lo demuestran y podemos ejemplificarlo muy simple, estando prohibido robar, venderse sexualmente, asesinar, violar, producir, distribuir y consumir drogas y abortar; sigue habiendo robos, prostitución, asesinatos, violaciones, producción, distribución y consumo de drogas y abortos. No digo que, en ciertas circunstancias, no sea necesario, al contrario, debe castigarse todo aquello que atente contra la vida, libertad y propiedad de los demás, como lo son los asesinatos, robos y violaciones, pero, tampoco es suficiente.
Sin duda alguna existen dos remedios más efectivos que las prohibiciones “legales”: la educación y la información, Paulo Freire, señalaba que “la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. La educación es base de la concientización, la concientización es base para la decisión y la decisión es base para cambiar”.




Es importante contextualizar el nivel de pobreza de dicho estado para entender esta problemática, con información del CONEVAL, en Oaxaca, el 66.4% de su población se encuentra en situación de pobreza; 23.3% en pobreza extrema; 22.5% vulnerables por carencias sociales; 2.6% vulnerable por ingresos; solamente 8.5% no es pobre ni vulnerable; 69% tienen ingresos inferiores a la línea de pobreza por ingresos; 37.4% con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos; 27.1% con rezago educativo; 16.3% tiene la posibilidad de acceder a los servicios de salud; 76.2% tienen acceso a la Seguridad Social; 27.9% cuenta con acceso a la alimentación; 25.1% poseen espacios de la vivienda y el 58.3% tienen acceso a los servicios básicos en la vivienda.
Ahora bien, con lo anterior entendamos que la reforma generará un alto impacto económico negativo para la industria, por lo que no se puede permitir que se sigan destruyendo empleos y riqueza, menos cuando estamos atravesando por uno de los peores momentos. No generar acciones reales para atacar el problema de raíz, daña a las cadenas de valor en plena crisis sanitaria, en particular a los productores, pequeños comerciantes y a las PyMES que obtienen la mayor parte de sus ingresos de la venta de estos productos.
Concluyamos, la prohibición de venta de “comida chatarra” en Oaxaca y/o en todo el país, no solucionará los problemas de obesidad; tachar a los alimentos como “buenos o malos” tampoco lo es; la obesidad y los problemas nutricionales son asuntos multifactoriales que deben incluir multisoluciones; México lo que necesita es una política pública integral en materia de salud; requiere invertir en materia de prevención; esta responsabilidad no es de los gobiernos sino de los padres de familia (en el caso de los menores de edad); necesita haber una sociedad participativa donde se incentive la actividad física, los hábitos de vida saludable y se cuente con toda la información requerida para la toma de decisiones; sólo mejoraremos cuando predomine la educación y la información por encima de la prohibición.
Por cierto, hasta pareciera que cayó como “anillo al dedo” la pandemia para Morena, PRI, PAN, PT, MC y PRD y que éstos puedan ejercer control sobre nuestra libertad de elegir, ya que, tienen pendientes diversas Iniciativas en la Comisión Permanente, con la finalidad de prohibir la venta de “alimentos chatarra” y bebidas azucaradas ¿Será ley en todo México? π