PROTECCIONISMO, ¿POR QUÉ?

PESOS Y CONTRAPESOS
El proteccionismo tiene como fin proteger a los productores nacionales de la competencia de las importaciones. ¿Por qué? Porque los proteccionistas creen que la actividad económica más importante es la producción y que lo importante es consumir lo producido en el país. Estas creencias, ¿son ciertas?
¿Lo importante es consumir lo producido en el país? No, lo importante, para minimizar la escasez y maximizar el bienestar, es consumir los bienes que se ofrezcan al menor precio, independientemente de dónde se hayan producido, en el país o en el extranjero. Si esos satisfactores se produjeron en otro país, ¡bienvenidas las importaciones! Al consumidor no le importa dónde se produjo el bien que necesita sino a qué precio se lo están ofreciendo.




¿La actividad económica más importante es la producción? No, la actividad económica más importante es el consumo. Dado que no puede consumirse lo que no se ha producido, primero es la producción y luego el consumo, siendo aquella el medio y éste el fin, momento de recordar que el medio debe estar en función del fin.
En el caso de la producción y el consumo, ¿qué quiere decir lo anterior? Para responder tengamos presente que lo que le conviene al consumidor es que lo producido se le ofrezca al menor precio posible, que para ello la oferta debe ser la más competida posible, y que para ello debe permitirse que las importaciones compitan con la producción nacional, para lo cual se requiere del libre comercio no del proteccionismo.
El proteccionismo (que puede ir desde el cierre de fronteras, pasando por las cuotas de importación, hasta la imposición de aranceles), les permite a los productores nacionales cobrar un precio mayor del que podrían cobrar si tuvieran que enfrentar la competencia de las importaciones. A la diferencia entre esos dos precios se le llama renta, y a los productores nacionales que buscan la protección del gobierno se les conoce como rentistas, cuyo interés, para maximizar utilidades, es cobrar el mayor precio posible, siempre a costa del bienestar de los consumidores, quienes gracias al proteccionismo pagan un precio mayor, proteccionismo que demerita las ganancias de los productores nacionales. ¿Por qué? Porque la justificación ética de las ganancias de los productores es que las generen en mercados lo más competidos posibles, y allí donde el gobierno aplica medidas proteccionistas la competencia nunca es la mayor posible.
Decía Federico Bastiat que una política económica (y el proteccionismo lo es), debe juzgarse por el impacto que tiene en el bienestar de los consumidores no en la rentabilidad de las empresas. Y el impacto que el proteccionismo tiene sobre el bienestar de los consumidores siempre es negativo, razón por la cual debe prohibirse. Sin embargo no solamente no se prohíbe sino que se permite, y por lo tanto se practica, pudiéndose practicar más intensamente. Allí está Trump como botón de muestra.
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