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| Kohoutek Velasco |
Para cuando los restos del comandante se enfriaron, ya había una larga fila de mandatarios dispuestos a santificar el suelo por donde su revolución de muerte y pobreza había avanzado. Vamos, más tardó Fidel en soltar las tierras caribeñas que los líderes del mundo en sentirse “profundamente afectados” por dicha partida.
Y es que parece que no han entendido: El mundo ya no es el mismo, lo políticamente correcto ya no es redituable.
Hace falta sinceridad… ¡Exijo sinceridad! Que se diga de Fidel, en sus biografías y tweets post-mortem, lo oscuro, lo gris, lo que se no se quiere decir en cadenas nacionales de todo el mundo por temor a herir alguna sensibilidad.
Está bien, vale, incluso para nuestros reputados personajes – y no tan reputados, claro está.- el sentir admiración alguna por el tirano del caribe, digo, cada quien puede adorar piedras si su gusto es, lo malo es cuando dicha admiración se vuelve ley; cuando se ignora, bajo el dogma de la religión política, los claroscuros de un hombre que sin duda los tuvo.
No hace falta ir tan lejos para encontrar los altares en honor a Fidel: Aquí mismo una infinidad de políticos se posicionaron a su favor, bajo datos maquillados, sea por orden de La Habana o de la fe revolucionaria, pero maquillados a fin de cuentas.
En resumen, no estoy negando la importancia y relevancia histórica, cultural, política y social que representa el difunto de los habanos, la estoy poniendo en su lugar, junto a otros dictadores, donde debe estar.
El ejemplo de Fidel no es para honrar o repetir, e para mirar con temor, para ponerlo en la lista de “cosas que la humanidad no debe hacer” pues condenar a tu pueblo al hambre o al mar no es, ni debe ser, motivo de admiración.
Que sí, que ya puedo figurarme algunos argumentos a lo que estoy diciendo: “¡En México también se van!” La diferencia es, puntualmente, que aquí el problema es su ingreso a otros países, y allá, la salida del mismo. ¿Había usted oído de algo tan ruin como el no poder salir de tu país por ordenanza gubernamental? Solo en Berlín, bueno, en una mitad.
No queda más que esperar, lentamente, a la izquierda mundial revitalizándose con Fidel como mártir frente a un creciente nacionalismo del rancio, de ese que promulgaba Fidel pero que ahora va en contra de sus intereses y discursos,.
Así las cosas; el mundo se mueve y mueve y mueve y nadie parece saber en que dirección, o tal vez sí, pero nadie quiere admitirlo.
“Kohoutek Velasco, miembro fundador de México Libertario. Ni de izquierda ni de derecha; Simplemente lógico. Activista y escritor liberal.”
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