PESOS Y CONTRAPESOS
En el discurso del Hilton AMLO dijo cuatro cosas elementales, que cito por orden de importancia: no habrá expropiaciones; se respetará la libertad empresarial; se respetará la autonomía del Banco de México; habrá disciplina fiscal.
Lo primero (no habrá expropiaciones) y lo segundo (se respetará la libertad empresarial) son condiciones necesarias para el crecimiento económico, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, que depende de las inversiones directas de los empresarios, destinadas a la producción de satisfactores. Para lograrlo se necesita que los empresarios emprendan (libertad), para lo cual necesitan medios de producción (propiedad).
Lo tercero (se respetará la autonomía del Banco de México) y lo cuarto (habrá disciplina fiscal) son condiciones necesarias para la estabilidad económica, que es ante todo preservación del poder adquisitivo del dinero, condición necesaria para elevar el bienestar presente (compra de más y mejores bienes y servicios) y futuro (ahorro) de la gente.
Los dos grandes retos de la economía mexicana son: lograr un mayor crecimiento (con todo lo que ello supone en términos de producción, empleo e ingreso) y conseguir una mayor estabilidad (con todo lo que ello implica en términos de poder adquisitivo, de compra de satisfactores, de ahorro). Para conseguirlo se necesita, en primer lugar, que el gobierno no expropie, que respete la libertad para emprender, y que mantenga la disciplina fiscal. En segundo término se requiere que el Banco de México, por lo menos, logre la meta de inflación, que es del 3 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error.
Para superar esos retos se requiere de la correcta participación del gobierno y el banco central, y el gobierno que encabezará AMLO deberá hacer más, muchos más, que prometer no expropiar, prometer respetar la libertad para emprender, y prometer mantener la disciplina fiscal, de la misma manera que el Banco de México deberá de abandonar la meta de inflación del 3 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, para fijarla en 0 por ciento.
Para el gobierno de AMLO el principal reto económico será elevar la competitividad del país, definida como la capacidad de la nación para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, que apuntalan y abren empresas, producen bienes y servicios, crean empleos y les permite, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingresos, competitividad que deja mucho que desear. Según el Índice de Competitividad Global 2017 – 2018, del Foro Económico Mundial, México ocupa, en tema tan importante, el lugar 51 entre 137 naciones, con una calificación de 6.3 sobre 10, muestra de la mediocridad que padecemos en materia de competitividad, lo cual limita a la inversión directa, a la producción de bienes y servicios, a la creación de empleos y a la generación de ingresos.
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