Secretaría de economía

Por la renuncia de Clouthier a la Secretaría de Economía escribí en Twitter: “Si por mi fuera no solo no nombraba un nuevo secretario de economía, desaparecería la Secretaría de Economía”, tweet por el que @laloplks preguntó: “En quién recaerían las negociaciones de los acuerdos comerciales internacionales”, pregunta a la cual podría responderse que en la Secretaría de Relaciones Exteriores, que podría tener una Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, respuesta que no es la mía. 

Para entender por qué estoy a favor de la eliminación de la Secretaría de Economía hay que entender qué es la economía de mercado.

Estoy, por razones éticas (de justicia: respeto a los derechos), y económicas (de eficacia: reducción de la escasez), a favor de la economía de mercado, tanto en el sentido literal como institucional del término. Para entender qué es la economía de mercado hay que entender qué es el mercado, al cual muchos consideran un mal necesario, que hay que limitar, o un mal inaceptable, que hay que eliminar.

El mercado es la relación de intercambio entre compradores y vendedores, cuyo resultado es un bien común: bien porque ambas partes GANAN, común porque AMBAS partes ganan, y ello es así porque cada una valora más lo que recibe (el bien o servicio comprado), que lo que da a cambio (el precio pagado y los bienes y servicios que podría haber comprado con esa cantidad de dinero).

El mercado, definido como la relación de intercambio entre compradores y vendedores, implica cooperación entre vendedores y compradores. Al intercambiar cada uno contribuye a elevar el bienestar del otro: el vendedor del comprador, el comprador del vendedor. Se trata de un juego de suma positiva cuyo resultado es un bien común. ¿Qué otras relaciones entre personas tienen ese resultado: ganar – ganar? Sin embargo, para muchos, el mercado es un mal necesario, que hay que limitar lo más posible, o un mal inaceptable, que hay que eliminar, errores peligrosos sobre todo si quienes así piensan tienen el poder para limitar o eliminar el mercado, lo cual limita o elimina la posibilidad de lograr esos bienes comunes que son su resultado.

Recordemos lo que decía Manuel F. Ayau: “Que el intercambio libre (es decir: el mercado), sea tan poco comprendido y apreciado constituye, sin duda, una de las principales causa de la pobreza que todos lamentamos”. Y que haya, como las hay en varios países, secretarías de economía, son muestra de tal incomprensión y desprecio, sobre todo si su misión es, como en México, “desarrollar e implementar políticas integrales de innovación, diversificación e inclusión productiva y comercial, así como de estímulo a la inversión nacional y extranjera, propiciando el aprovechamiento de los recursos minerales e impulsando la productividad y competitividad de los sectores industriales, que permitan su integración a cadenas regionales y globales de valor, con el fin de contribuir a generar bienestar para las y los mexicanos”, todo lo cual pueden hacerlo los agentes económicos privados, sobre todo por el lado de la producción, oferta y venta de bienes y servicios, sin necesidad de que intervenga el gobierno con políticas y estímulos.

Pero antes de explicarlo hay que tener claro qué es la economía de mercado, en el doble sentido del término.

Continuará.

E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx

Twitter: @ArturoDammArnal

9 de octubre de 2022