Todos Patriotas

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Kohoutek Velasco

Hay un discurso que se ha traspapelado en las grandes oficinas de los grandes líderes mundiales; una especie de guion universal que queda bien sin importar donde se recite pues este puede declamarse, con toda la euforia del mundo, tanto en Venezuela como en Estados Unidos, tanto en el PRI como en Morena y, sorprendentemente, todo será aplauso tras aplauso así como llantos varios. Sí, hablo del discurso nacionalista, de las odas a la patria y quienes la compartimos con “orgullo”
A fin de cuentas es muy fácil jugar con esa innata y natural necesidad de pertenencia; de sentirnos identificados plenamente con algún conjunto de individuos con quienes tenemos algo en común, ya sea este el lugar en donde nacimos o el grueso de nuestras creencias e incluso, en cuestiones mucho más sanas, el color de nuestras playeras – llámese deporte de sofá para algunos, o vida saludable para otros. -. Y eso suele ser algo positivo cuando dejamos que la competencia generada por estos incentivos no trascienda más allá de donde debe estar.
Vamos, que el problema no es sentirse patriótico ni orgulloso, sino único y especial, así como merecedor de todo beneficio, por el simple hecho de pertenecer a cierto grupo y tener ciertas características mientras que, quienes infortunadamente han sido desprovisto de tal virtud, no son necesarios.
Hay una diferencia muy puntual entre sentirnos los mejores, los más diestros y capaces – Como al defender el equipo deportivo de nuestra preferencia. – y creer que somos mejores, los más diestros y capaces, en todo, solo por irle a tal o cual equipo. ¿Me explico? El discurso nacionalista y patriótico está bien como discurso, como fecha conmemorativa de nuestra historia y como pretexto para comer antojitos varios y ponernos al corriente con familiares lejanos, pero, si de algo estoy seguro, es que como práctica política es un fiasco y, como dogma, es mortal.
No voy a citar cada ejemplo con el que la historia nos golpea, simplemente retomaré el primer párrafo de este texto para finalizar diciendo lo obvio: No hay diferencia entre el discurso de Trump y el Mexicano que no quiere extranjeros trabajando en el país porque nos “roban el empleo” – Y podría comparar este dicho con diálogos de “El niño con la pijama de rayas”, ojo ahí. – no hay diferencia entre quien pide un muro en las fronteras y aranceles en las aduanas… Es la misma gata, pero revolcada, dirían los más cultos.
En fin. Aprovechemos estas fiestas patrias para estar con la familia, degustar nuestra muy rica cocina típica y contar, a modo de entretenido juego, cuantos hipócritas – o perdidos. – tenemos en nuestros círculos cercanos aunque, gracias a nuestra más tierna formación escolar, puede que muchos ni se den cuenta.
“Kohoutek Velasco, miembro fundador de México Libertario. Ni de izquierda ni de derecha; Simplemente lógico. Activista y escritor liberal.”
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