¿Acabaremos asaltando bancos para recuperar nuestro propio dinero?

¿Se imagina tener que asaltar un banco para recuperar su propio dinero? Bueno, pues es una situación que ojalá nunca tengamos que vivir en México, pero que sí se está dando en el Líbano. De aquella experiencia tenemos mucho que aprender. 

Desde 2019 los bancos libaneses no entregan dólares de sus mismas cuentas a los depositantes, permitiendo sólo retirar en divisa local, las libras libanesas – que por cierto nadie quiere- a un tipo de cambio ridículamente bajo. 

Líbano vive desde hace tres años una grave crisis económica y financiera. Como suele ocurrir en estos casos, la mala administración de los gobiernos termina siempre con este tipo de medidas autoritarias e injustas contra los ciudadanos, que acaban pagando los “platos rotos” de la irresponsabilidad de los políticos que gastan y endeudan a sus naciones. 

Como le digo, en ese país nadie quiere que le paguen en libras libanesas porque se devalúan a cada minuto, y la gente prefiere en cambio usar el dólar estadounidense. Y cómo no habrían de hacerlo, si la hiperinflación en el Líbano este año alcanzó 240 por ciento en junio pasado. 

A todo esto se suma que el tipo de cambio oficial es un verdadero robo pues está en mil 500 libras libanesas por dólar, cuando en el mercado negro la gente hoy lo compra y vende en más de 38 mil libras libanesas por dólar. 

Ante esto desde el 11 de agosto pasado se comenzaron a dar asaltos a sucursales bancarias que se multiplicaron la semana pasada. Personas desesperadas buscan sacar su propio dinero del banco para pagar sus urgencias médicas y toca clase de necesidades. Lo curioso es que los asaltantes no sólo NO reciben la condena de la opinión pública sino que todo mundo les expresa su apoyo para que les desbloqueen sus cuentas. 

Como respuesta la Asociación de Bancos del Líbano ha anunciado un primer cierre de sucursales de tres días que concluyó el martes, y exige a las autoridades una respuesta a lo que llama “los repetidos ataques a bancos y las agresiones físicas a los empleados bancarios y a su dignidad”. 

Pero ¿cuáles son las lecciones que aprender de todo esto? Primero: que los gobiernos que gastan irresponsablemente no benefician a sus ciudadanos, ¡los empobrecen! y tarde o temprano resienten las consecuencias. Una lección que por cierto, en México no hemos aprendido, como lo demuestra el actual gobierno federal que derrocha el dinero público en proyectos inviables y en los caprichos del presidente.

Segundo: el dinero fíat, o sea el dinero gubernamental de curso legal, nunca es confiable, pero incluso al interior de esta clase de dinero fiduciario hay unas divisas que son peores que otras.

Pese a todo, el dólar estadounidense es y seguirá siendo la moneda de reserva global por un buen rato y por eso hay que tenerlo en la cartera. ¿Por qué? No porque no sea un divisa muy corrompida, lo es, sino porque de entre todas, a pesar de abusar de su emisión monetaria y de la deuda, en tiempos de crisis y recesión los capitales siguen huyendo hacia ella. Eso explica por qué los libaneses exigen dólar y no libras libanesas. 

El “respaldo” del billete verde está en la confianza que los inversores tienen en que el gobierno de Estados Unidos les pagará sus deudas con los impuestos de sus ciudadanos gracias a la fortaleza de su Estado de derecho y sus instituciones. 

Eso sí, como lo demuestran miles de años de historia monetaria, el dólar es en realidad un falso refugio, mientras que el oro, es el activo refugio real por excelencia. 

En Argentina, Venezuela o en el Líbano los tenedores de oro no sólo han sobrevivido la debacle de sus divisas locales, sino que han protegido su patrimonio y capitalizado el alza del rey de los metales contra el “todopoderoso” dólar a lo largo de los años.

Es decir. Dondequiera que nos encontremos, hay que tener siempre reservas monetarias FUERA del sistema bancario en activos valiosos tangibles como el oro físico o la plata, y en activos valiosos intangibles como el bitcoin que están fuera del control de los gobiernos.

¿De qué le serviría todo su dinero invertido en bonos, la bolsa de valores, fondos de inversión o pagarés, si las autoridades le bloquearan el acceso a sus cuentas? 

No podemos cambiar el sistema, pero sí debemos defendernos del autoritarismo y de la emisión ilimitada de dinero, gasto y deuda de los gobiernos. La alternativa a eso es ser víctimas del empobrecimiento y abuso al que condenan a la mayoría, y esa, estimado lector, es una situación que no se usted pero que muchos consideramos por completo inaceptable.