Adiós al “cripto-invierno”

Acabó ya el “cripto-invierno”. Al menos ese es  el pronóstico de algunos analistas (incluyéndonos) que ha generado un gran interés en la comunidad cripto, y se suma a la ola de optimismo que ha rodeado al bitcoin (BTC) ahora que más instituciones financieras se incorporan al mundo de las divisas digitales. 

La percepción del rey del dinero virtual está cambiando a su favor y de sus tenedores, así que no es aventurado decir que vuelve por sus fueros. 

Que conste que hay múltiples señales de que la criptomoneda líder está dejando atrás su período de “invierno” y que marcará un nuevo hito en su valor, es lo que dice un informe reciente del banco británico Standard Chartered, que anuncia un futuro optimista para el precio del bitcoin. 

El portal de noticias especializado en divisas digitales Cointelegraph, que tuvo acceso a dicho reporte, dice que el precio del bitcoin podría alcanzar hasta los 120,000 dólares para finales de 2024.

Aquí le advertimos que ese tipo de predicciones tan especificas son una especie de juego de “adivinación” que no nos gusta jugar en este espacio, por lo que le pedimos que lo tome con cautela. La temporalidad exacta es imposible conocerla de antemano.

Como quiera, Standard Chartered señala un cambio en la narrativa en torno al bitcoin, especialmente en Estados Unidos, donde se han producido importantes cambios en el enfoque institucional hacia la criptomoneda.

Hasta hace poco, este banco internacional había pronosticado que el precio del bitcoin caería hasta los 5,000 dólares, pero ahora ha revisado al alza su estimación y afirma que podría cerrar 2023 en torno de los 50,000 dólares.

Insisto en que la especificidad de los tiempos no puede predeterminarse, pero coincidimos aquí en Top Money Report con que la tendencia será fuertemente alcista.

El análisis se basa en que el aumento en el precio se debe a la dinámica de la oferta y la demanda. Los mineros de bitcoin, que dedican cada vez más recursos a mantener la red, están vendiendo menos, lo que crea un desequilibrio que favorece a los inversores alcistas en el largo plazo.