En finanzas se dice que si usted arroja un gato muerto desde un edificio lo bastante alto, es posible que rebote al caer al piso, pero eso no significa que el gato haya revivido: pese al rebote, aún estará muerto.
Esta macabra analogía se usa para referirse a algún activo que, pese a volver a subir, parece condenado a hundirse.
Como sabe, en TMR consideramos –desde la óptica tanto fundamental como técnica– que el Bitcoin podría estar sufriendo ya una de sus devastadoras correcciones (caídas) a las que a algunos ya nos tiene acostumbrados… y no nos asusta.
De hecho, si cae lo suficiente, lejos de espantarnos nos dará gusto, pues no hay nada mejor que comprar barato un activo que prevemos volverá más tarde con todo a la carga. Entre más bajo, mejor.
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