El de Sheinbaum será un sexenio de estancamiento e inflación

El sexenio de Claudia Sheinbaum estará caracterizado por lo que en economía conocemos como “estanflación”, un fenómeno que ocurre cuando la economía se estanca mientras la inflación es elevada o va en aumento. Los más afectados, como siempre, serán las personas de menores ingresos.

El 2 de junio no sólo quedó enterrado el México que conocimos durante el primer cuarto se siglo. Junto con él, los años de inflación “baja y estable” que los caracterizaron también quedarán atrás. 

Las promesas de más “beneficios sociales” (transferencias de dinero), nuevas pensiones, aumentos por decreto a los salarios mínimos, los subsidios a las obras que dejará el presidente saliente López Obrador, más la construcción de las nuevas “obras insignia”, etc., condenan a la economía del país a la enfermedad crónica de los déficits fiscales permanentes.

Por eso le digo que no hace falta tener una bola de cristal para saber de antemano que la inflación – o mejor dicho, la pérdida de valor del dinero “del pueblo”-, será la piedra en el zapato para el gobierno que está por comenzar. No hay escape.

Para quien lo sabe ver, la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, nos encendió la “luz amarilla” en su reunión del miércoles con los miembros del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Y es que ahí declaró que su objetivo es que el déficit público el año próximo llegue a 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), ya no al 3 por ciento como proyectó en marzo la secretaría de Hacienda en sus Precriterios Generales de Política Económica. Una mala señal que apunta a que no está cómoda con la reducción tan fuerte del gasto.

Cabe recordar que el de este año será un déficit histórico que alcanzará el 5.9 por ciento del PIB, el más alto desde el sexenio de Miguel De la Madrid.

Como le digo, las señales –para aquellos que las quieran ver– son más que claras: la nueva presidenta no parece estar dispuesta a recortar el gasto a sabiendas de que no podrá lograrlo por los muchos los compromisos que hizo y los apoyos sociales que prometió en campaña.

Promesas de inversiones, promesas son

En la reunión, Francisco Cervantes Díaz, presidente del CCE, anunció inversiones por más de 42,000 millones de dólares tan sólo para respaldar el inicio del nuevo gobierno, y le dijo a Sheinbaum que “son un sello de confianza a su persona”. No hay duda.

¡Pero, ojo, no le extendieron un cheque en blanco! Y es que entre anuncios de inversiones y su materialización puede haber un enorme trecho, un gran paso que dar.

En este sentido, nuestro pronóstico en este espacio es que los dos o tres primeros años del sexenio de Claudia Sheinbaum tal vez parecerán de bonanza debido a los aumentos en los apoyos sociales y, si se concretan, gracias a las multimillonarias inversiones del sector privado nacional.

Pero el problema, insisto, es que Claudia Sheinbaum ya no prevé disminuir el ritmo de los egresos como se había dicho, y la historia económica enseña que cuando eso sucede, cada año es más y más difícil “apretarse el cinturón”. La válvula de escape termina siendo siempre la inflación, y a la larga, una crisis, porque los déficits públicos son una enfermedad económica que debilita los fundamentos macroeconómicos de los países que la padecen.