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Esta semana el dólar ha mantenido una racha alcista indiscutible. Sí, ha tenido días de toma de ganancia (caída) frente al peso, pero las presiones sobre el tipo de cambio continúan. Los máximos alcanzados por arriba de los 19.60 en el mercado interbancario, fueron los más altos desde el 5 de septiembre pasado.
Son varias las razones de esta depreciación de nuestra moneda, como la posibilidad de que se cancele el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), en Texcoco -cuya consulta está en marcha-, y por otras como el cambio en la perspectiva de estable a negativa, que la semana pasada le dio la importante calificadora Fitch a la nota crediticia de Pemex.
Fitch dijo que esto se debía a que “Futuros cambios potenciales en la estrategia comercial de Pemex, podrían acelerar el debilitamiento de la estructura de capital de la compañía”. Dicho de otro modo, esta calificadora considera que existe la posibilidad de que con la nueva administración, se tomen decisiones que pondrían poner en juego la fortaleza de la petrolera mexicana.
Sí, se trata de una opinión, pero una bastante relevante, porque si la calificación de Pemex o del gobierno de México caen, se van a encarecer mucho más los créditos para ellos y para todos los mexicanos.
Las notas de las principales calificadoras son referente obligado para las instituciones financieras que otorgan préstamos, mismos que se van a requerir para financiar los grandes proyectos del sexenio, como el Tren Maya, las refinerías y cualquier opción que quede como Nuevo Aeropuerto.
A estos factores internos, súmele algunos externos, como los precios del petróleo -que han venido a la baja prácticamente todo este mes-, el desplome de los índices bursátiles, más la caravana de migrantes hondureños, que provocó que aumentaran las presiones del gobierno de Donald Trump sobre las autoridades mexicanas.
Pero como sobre esos factores externos no tenemos ningún tipo de control, hay que seguir de cerca las decisiones que se tomen en lo local.
El resultado de la consulta sobre el Nuevo Aeropuerto será, de hecho, el primer gran desafío del gobierno de AMLO, y va a poner a prueba la respuesta de los mercados financieros: es probable que si se cancela el NAIM, el dólar tenga una reacción alcista momentánea al alza, más o menos fuerte. Ahora que si sorpresivamente el proyecto de Texcoco se mantiene en marcha (ojalá), el peso se fortalecería sin dudarlo.
La próxima semana ya estaremos analizando a detalle las consecuencias de la decisión final de AMLO, pero para las recomendaciones de corto plazo, manténgase muy atento de nuestro canal privado de Telegram.
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