El oro de las reservas de México sigue en Londres

Le actualizo una información exclusiva de este espacio –desde mi antiguo blog Inteligencia Financiera Global–, referente a la ubicación de las reservas de oro de Banco de México. Con base en la Ley de Transparencia (número de respuesta: 6110000014118), le consultamos al banco central –como en años anteriores– dónde se encuentran las más de 120 toneladas de oro que le pertenecen, y que constituyen una pequeña parte de las reservas internacionales del país.
Esto lo hicimos con la intención de ver si hay alguna novedad, pues la última vez, al menos, descubrimos que Banxico sí asignó la mayor parte de sus barras, porque antes ni siquiera eso tenía.
Pues bien, al momento le informo que en lo que respecta a su localización, las cosas siguen sin cambios.
Al corte de marzo pasado, de las 3.86 millones de onzas de oro propiedad de Banxico, el 99.37% se encuentra resguardado en bóvedas del Banco de Inglaterra, en Londres; el resto (el 0.63% o 24,502.82 onzas, para ser precisos) está en México, y sólo 15 onzas en la Reserva Federal de Nueva York.
De las ubicadas en territorio nacional, 12,520.02 onzas están en forma de moneda y 11,982.80 en lingotes.
Banxico nos ha confirmado que conserva los mismos 7,265 lingotes asignados (cada uno de 400 onzas troy, aproximadamente), lo cual significa que tiene propiedad específica sobre 3/4 partes de sus más de 120 toneladas de oro, mientras el resto (una cuarta parte) continúa sin que el Banco de Inglaterra le asigne barras únicas.




De acuerdo con el instituto central, “el pago correspondiente al 2017 por servicios de custodia en el extranjero ascendió a 115,322.64 libras esterlinas”.
Pero, ¿por qué es importante saber toda esta información? Porque las reservas de oro son un escudo financiero contra una posible crisis monetaria, y cuando se tienen de manera física, en propia mano o bóveda, no tiene riesgo de contraparte, o sea, no hay peligro de que nos incumplan con la entrega del mismo.
En cambio, sí existe ese riesgo mientras el resguardo se mantenga casi por completo en el extranjero, como en el caso de Banxico.
De lo que se trata es de aumentar la confianza en la fortaleza de la economía y moneda nacionales, así que lo recomendable sería, primero que nada, que Banxico solicitara la asignación de la cuarta parte del oro que le falta, y luego, en esa misma forma física, comprar mucho más oro, aprovechando que su precio está 32% por debajo de su máximo histórico alcanzado en 2011.
Y es que al día de hoy los lingotes de Banxico equivalen a menos del 3% del total de nuestras reservas internacionales, de más de 173,000 millones de dólares.
Una protección ideal sería de al menos el 10% de ese total en oro, y que mínimo la mitad de los lingotes se repatriara a las bóvedas de Banxico. En números redondos, eso implicaría comprar unas 9.4 millones de onzas más, y traer al país unas 6.6 millones.
Esperemos que el actual gobernador del banco central, Alejandro Díaz de León, sea más abierto y tome una decisión que nunca quiso tomar su antecesor, Agustín Carstens.
México se sumaría así a Alemania, Turquía, Hungría, Países Bajos, entre otros, que han llevado todo o parte de su oro a territorio propio, pues ahí es donde debe estar.
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