Gobierno de Venezuela embiste a Banco Banesco y empresas que utilizan Bitcoin
A finales de abril, el fiscal de Venezuela, Tarek William Saab, reporte directo del presidente Nicolás Maduro, dio una rueda de prensa para anunciar “la segunda fase de una operación a gran escala, jamás conocida en la historia contemporánea”. Parecía el anuncio de Elliot Ness del operativo para atrapar a Al Capone o el de Preet Bharara dando aviso del golpe a SAC Capital en uno de los casos más grandes de conflicto de intereses y uso de información privilegiada en inversiones.
Saab Halabi daba a conocer el operativo Manos de Papel, para arrestar a 112 personas por delitos que, según sus declaraciones, se asemejan al tráfico de drogas o a un genocidio.
Este “gran crimen” consistía en permitir el libre mercado a través de la tecnología.
El tipo de cambio de Venezuela es dictado por un grupo en el poder de la política y la economía. El gobierno decide quién y cuántos dólares estadounidenses u otras divisas extranjeras pueden comprar o vender. Y las personas deben aceptar la oferta del gobierno si quieren vender sus billetes verdes, o tienen que hacer una solicitud si requieren obtener monedas foráneas.
El gobierno de Venezuela intenta manipular su divisa internamente, ignorando la situación económica hacia el exterior y las consecuencias de quitarle las empresas y la producción a sus inversionistas, empleados y directivos, y quedarse con el control y decisiones del negocio.
Crear los monopolios del Estado de servicios y productos ha generado una gran escasez y un mercado negro de artículos que se intercambian en las calles. Los alimentos son racionados y para la gran mayoría son inaccesibles debido al tiempo que requiere obtenerlos o por la poca oferta que existe.
Fuimos testigos de diversos intentos de financiar este socialismo moderno durante el tiempo del presidente Hugo Chávez con la venta de petróleo, que –al igual que en México– es controlado por un monopolio del gobierno.
Mientras el precio del barril de crudo rebasaba los USD$100, el gobierno se preparaba para administrar lo que consideraba la abundancia.
Comenzó la nacionalización de industrias, la construcción de obra pública y de multifamiliares que el gobierno daría al pueblo. Parecía que el sueño socialista por fin sería una realidad, pero no puedes mantener una economía aislada con algunos privilegiados, sobre ingresos variables, a costos fijos y presupuestos comprometidos en proyectos de largo plazo.
El precio del barril de petróleo es volátil y –sumado a una crisis financiera global– bajó a una fracción de sus valores máximos, y a la fecha no ha regresado a los niveles que vio Chávez Frías.
A fin de mantener su gasto y manipular el precio mundial del oro negro, Hugo Chávez y actualmente del presidente Nicolás Maduro, han pactado un precio del petróleo superior al del mercado. No han querido escuchar, y los países miembros de la OPEP han ajustado sus presupuestos, precios y flujos a precios de mercado, con realidad diferente.
Esto ha causado diversas consecuencias, como hiperinflación, devaluación de la moneda, escasez de alimentos, gran flujo de emigración y disturbios en las calles.
A pesar de ello, la economía venezolana ha buscado mecanismos para contrarrestar la devaluación de su dinero, comprando dólares en el “mercado negro”, pero más bien libre mercado. Y al igual que Argentina en sus tiempos de crisis, se ha incrementado la adopción del Bitcoin y otras criptomonedas.
Así, hemos visto surgir grandes comunidades de Bitcoin, Dash, Steemit y diversas divisas electrónicas, como un escape a su situación económica, pero también para generar empleo e ingresos.
Al estar en la lista de sanciones internacionales (a cargo principalmente de Estados Unidos), como muchos otros países, Venezuela no puede hacer transferencias directas en dólares estadounidenses. Bitcoin era una vía para que personas pudieran obtener trabajo desde el extranjero y recibir un ingreso.
En las semanas pasadas había reportado cómo el dólar-Bitcoin, en específico el dólar de AirTM, se había vuelto un referente en ese país, por representar un tipo de cambio al alcance de la población y para hacer intercambios sin los obstáculos del gobierno.
La red de AirTM, que funciona de manera similar a localbitcoins, empatando compradores y vendedores, pero ofreciendo activos virtuales aparte de Bitcoin, como dólares estadounidenses digitalizados, se volvió muy popular en Venezuela, que llegó a representar 90% del mercado de esa plataforma.
La operación de AirTM estaba enfocada en el país sudamericano, donde la red de los llamados cajeros crecía de manera acelerada, pero esta historia no podía durar mucho.
En el pasado, páginas que publicaban sobre el llamado dólar paralelo, como DolarToday, fueron acosadas por el gobierno y las culparon de sus problemas económicos.
En 2017 en más de una ocasión los sitios de intercambio de criptomonedas en Venezuela fueron suspendidos.
Una de esas historias desafortunadas fue la inhabilitación del mayor sitio de intercambio en Venezuela, SurBitcoin, por un presunto fraude que es investigado (“SurBitcoin sigue suspendida“).
Venezuela se está quedando sin herramientas para transferir dinero de y hacia el exterior, donde cada sitio –así sea que publique un tipo de cambio distinto del gubernamental– es señalado como terrorista.
En sus declaraciones, el fiscal afirma orgulloso: “Se desmontaron tres casas de remesas ilegales: Intercash, RappidCambio, AirTM”, a cuyos directivos y usuarios comparó con los peores terroristas o delincuentes del crimen organizado.
Durante más de 15 minutos describe el operativo y advierte que emprenderán más acciones. La movilización y recursos empleados para desmontar incluso páginas web que publican el precio fue impresionante.
Saab cumplió, pues continuaron los operativos, y la semana pasada anunció que 11 miembros del consejo de administración del Banco Banesco habían sido arrestados.
En las declaraciones acusa a Banco Banesco de facilitar los crímenes, actos que en un país libre no configuran delitos, como la “publicación de información financiera falsa del dólar paralelo”. Los llamó cómplices del terrorismo financiero en contra de la economía popular. Y anunció:
• Congelamiento de 1,380 cuentas bancarias, incluidas 1,000 de Banesco.
• 300 allanamientos.
• 134 detenidos en total.
• 398 órdenes de detención.
Para el fiscal, son “salvajes capitalistas”, “ladrones que están robando” y llevan a cabo una “guerra económica” y están a las órdenes de la “oligarquía neoliberal”.
Sin duda están convencidos de que el sueño socialista, mezclado con la corrupción, lograrán un paraíso económico y social, que simplemente con ignorar la pobreza, la inflación y la mala administración no habrá efectos adversos, pero el mercado siempre encontrará una manera, y los venezolanos continuarán sobreviviendo y buscando formas de realizar sus actividades económicas y vivir en libertad.
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