¿Las criptos perdieron la batalla contra el dinero fíat?

Vuelve al ataque el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), que asegura que las criptomonedas perdieron la batalla contra el dinero fíat (de papel, como el dólar o el peso). Mientras, sin embargo, el precio del bitcoin sigue subiendo.

Pero veamos cómo lo expresa el jefe del BIS, el mexicano Agustín Carstens: debido a su falta de estabilidad y de aceptación generalizada como medio de pago, las criptodivisas han perdido la batalla contra el dinero fiduciario (o fíat).

En una entrevista con Bloomberg, el exgobernador del Banco de México (Banxico) afirma que el argumento de que las criptos son una alternativa al dinero fíat quedó enterrado luego de la turbulencia que atravesó el sector de activos digitales en 2022.

La estabilidad es un requisito clave para cualquier forma de dinero, y las monedas virtuales son en esencia inestables debido a su alta volatilidad, además de que enfrentan el desafío de la aceptación generalizada, ya que son utilizadas por una minoría de la población y no son admitidas en muchos negocios, señala el jefe del banco de bancos centrales. No cabe duda de que en eso tiene razón (todavía).

Según Carstens, las criptomonedas no son adecuadas como medio de pago debido a su naturaleza descentralizada y a la falta de una autoridad central que pueda garantizar su aceptación, pues las personas necesitan fiarse de un tercero “confiable” para facilitar las transacciones, lo que es imposible con este tipo de divisas de las que –como el bitcoin– ni siquiera se sabe quién fue su verdadero creador.

Y aunque también acusa que la falta de reglamentación del mercado de las monedas virtuales ha acarreado un aumento de los delitos financieros, incluyendo el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo, propone que los gobiernos y los reguladores trabajen juntos para garantizar que el universo cripto esté reglamentado y supervisado adecuadamente.

En este punto –dice–, el BIS está comprometido con la innovación en el mercado financiero, incluyendo la tecnología blockchain que subyace a muchas criptomonedas, pero aclara que ese cambio debe ser equilibrado con la estabilidad financiera y la protección del consumidor. 

Para el efecto, el BIS ha establecido un grupo de trabajo dirigido a explorar el potencial de la tecnología blockchain y cómo puede ser utilizada de manera efectiva en el sector financiero. De hecho, se anticipa una “firme declaración” del Grupo de los 20 (G-20) a fin de fortalecer la regulación de los activos digitales, lo que es una buena noticia para los apologistas del dinero descentralizado.

En palabras de Carstens: “Sólo la infraestructura legal e histórica detrás de los bancos centrales proporciona una gran credibilidad al dinero. El sector cripto es una actividad financiera que realmente sólo puede existir bajo ciertas condiciones”.

En ese sentido, expertos muy diversos del medio financiero como Ben Richmond, CEO y fundador de CUBE, señalan que a fin de que las criptos continúen innovando y al mismo tiempo tengan regulaciones sólidas que protejan al consumidor, los líderes de la industria, los políticos y los legisladores deben trabajar juntos, en lugar de hacerlo por separado.

Un colapso del mercado de activos digitales no regulado podría tener efectos similares al hipotecario en 2008, o incluso peores, algún día, alerta el líder de esa firma “regtech”.

Las criptos han perdido batallas, pero ganarán la “guerra”

A nadie debería sorprender que las autoridades monetarias y, más aún, el “banco central de bancos centrales”, el BIS, se opongan a la adopción y uso de las criptomonedas. Son amantes del monopolio del dinero y no les gusta la competencia.

En el fondo, sin embargo, no tienen de otra que reconocer que la tecnología blockchain –en la que se basa el bitcoin, la primera de las criptos– es un avance financiero que no puede ser ignorado.

De ahí que es sólo cuestión de tiempo para que las CBDCs (divisas digitales oficiales de bancos centrales) sean una realidad en todo el planeta, y entonces no habrá argumento válido para prohibir las criptomonedas descentralizadas o privadas.

Eso sí, incluso los más acérrimos defensores de las criptos deben tener claro que son un experimento monetario que de ninguna manera tiene asegurado el éxito. Es innegable que su inherente volatilidad complicará su adopción como dinero universal, pues no es posible establecer precios de una divisa cuyo valor cambia todo el tiempo.

Y, contrario a lo que muchos creen, su regulación contribuirá a que sean más usadas y aceptadas por la gente, lo que en el futuro podría ayudar a eliminar parte de su volatilidad. Pero incluso si no ocurriera así, seguirán siendo vehículos propicios para generar ganancias de capital a quien las use para especular con inteligencia, como lo hacemos aquí en la comunidad Premium de este boletín financiero Top Money Report.