Los 5 Grandes puntos de inflexión que redefinirán los mercados en 2025

En su más reciente informe The Flow Show, Michael Hartnett, estratega jefe de Bank of America, destacó cinco “puntos de inflexión secular” que, según su análisis, están reconfigurando el panorama económico y financiero global.

Bajo el título BIG Stuff, Hartnett argumenta que estos cambios no solo son estructurales, sino que también están impulsando un giro en las tendencias de inversión, favoreciendo activos como bonos, mercados internacionales y oro, mientras desafían la hegemonía del dólar y el excepcionalismo estadounidense.

1. El fin del gobierno grande en Estados Unidos

Hartnett señala que el gasto gubernamental estadounidense, que creció un 65% en cinco años (de 4.5 a 7 billones de dólares), está llegando a su fin. “La era del exceso fiscal ha terminado”, afirma, destacando que el presupuesto federal está mandatado a contraerse un -0.1% en los próximos seis meses, con recortes adicionales esperados bajo la administración Trump/DOGE.

Este ajuste tendría efectos multiplicadores: menor crecimiento económico, reducción de empleos, aumento del ahorro familiar y presión a la baja sobre la inflación hasta 2026. El gasto público alcanzó un pico histórico en 2024, pero ahora se prepara para una fase contractiva que, paradójicamente, podría beneficiar a los bonos del Tesoro.

“La contracción del gobierno estadounidense, la tercera economía más grande del mundo, implica menor crecimiento, menos nóminas y un escenario deflacionario”, dice.

2. De las “Magníficas 7” a las “Lagníficas 7”

Las acciones tecnológicas líderes (Apple, Microsoft, etc.), que representaron el 35% del S&P 500 en diciembre de 2024, enfrentan un declive en su dominancia. Hartnett acuña el término Lagníficas 7 para describir su pérdida de impulso, atribuida a dos factores: la burbuja en IA (que alcanzó un PE promedio de 65x) y el shock de DeepSeek en China, que está desviando capital hacia las BATX (Baidu, Alibaba, Tencent, Xiaomi).

Los retornos anualizados de 10 años para acciones grandes de Estados Unidos ya caen al 13%, desde un pico del 16.6% en 2021.

3. El inicio del estímulo fiscal en Europa

Europa, históricamente dependiente de Estados Unidos en seguridad y de China en comercio, está dando un giro keynesiano. Alemania liderará este cambio, con un déficit proyectado del 4-5% del PIB (frente al 1.5% histórico) para financiar $1.1 billones de dólares en gasto fiscal. El gasto militar alemán, hoy equivalente al 7% del de Estados Unidos, busca acercarse al 18% registrado en 1979. Este estímulo, sumado a la reconstrucción post-Ucrania, podría revitalizar activos europeos infravalorados.

4. El fin de la deflación japonesa

Japón, tras tres décadas de estancamiento, está rompiendo esquemas: los precios de la tierra suben un 2% interanual (el ritmo más rápido desde 1991), los salarios crecen un 5%, y el Banco de Japón ha elevado tasas al 0.5%.

Hartnett enfatiza que esto marca el fin de un ancla global para los rendimientos de los bonos. La recuperación del índice de precios urbanos es un claro ejemplo, mientras que los bancos japoneses (+180% desde 2019) simbolizan esta transformación, que presionará al alza el yen y pondrá un piso a los rendimientos globales.

5. China se mueve de exportaciones a consumo

Existe un cambio estructural crítico en la economía china: la transición desde un modelo basado en exportaciones (que hoy representa solo el 20% del PIB) hacia uno impulsado por el consumo interno (actualmente en un 40% del PIB, muy por debajo del 60% de India o Brasil y del 80% de Estados Unidos).

Desde 2010, el peso de las exportaciones en el PIB ha caído de manera constante, mientras que el consumo —aunque aún subdesarrollado— comienza a mostrar señales de aceleración, respaldado por estímulos gubernamentales de $800 mil millones en 2024.

Los activos BIG

Hartnett resume su analisis en tres activos clave: Bonos (especialmente Treasuries), Internacional (Europa/China) y Oro. Estos se benefician de un dólar más débil y del fin del overweight en activos estadounidenses. Los flujos recientes (4 mil millones de dólares a bonos y 3.2 mil millones a oro) respaldan esta visión.