En Top Money Report le hemos mantenido al tanto de nuestra postura ‘bullish’ (alcista) en el oro para 2018. En especial, llamamos la atención sobre el error en el que muchos incurren al creer que el metal precioso no puede subir en un ambiente de tasas de interés también al alza.
De hecho, el piso del oro desde que inició su fase de caída –tras su máximo histórico de septiembre de 2011 en los 1,923 dólares– se alcanzó justo el día en que la Reserva Federal (Fed) comenzó su ciclo alcista de tipos en diciembre de 2015. No es casualidad.
Su punto más alto desde entonces fue el 4 de julio de 2016 en casi 1,375 dólares. A partir de ese momento, aunque con una nueva recaída en el segundo semestre de ese año, el rey de los metales se ha ido recuperando poco a poco, aunque no sin estar exento de cierto grado de volatilidad.
No obstante, una vez más el oro ha entrado en diciembre pasado –sí, de nuevo tras la subida de tasas de la Fed estadounidense– en una racha que ya califica como la más larga desde 2011, y que concluyó apenas el martes con una sana y pequeña corrección.
En el gráfico de abajo queda muy claro qué activo ha resultado el ganador desde la pasada alza de tasas de la Reserva Federal.
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