Oro y bitcoin serán los grandes ganadores con elección de Trump

El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos desencadenó una serie de movimientos significativos en los mercados financieros, con bitcoin y oro como los principales beneficiarios de largo plazo, de lo que JPMorgan denomina el “debasement trade” o el comercio de devaluación monetaria. Un eufemismo para referirse a la creación masiva de dinero fíat (de papel, digital, etc.) que sigue imparable en el planeta.

Dicho enfoque de inversión busca ganancias en activos que ganan con la pérdida de poder adquisitivo de las monedas tradicionales.

Desde luego, el “debasement trade” es una estrategia de inversión que gana relevancia debido a políticas fiscales expansivas (gasto público deficitario) que llevan a una alta inflación.

Bajo esta estrategia, los inversores más avezados se inclinan hacia activos como el oro y el bitcoin, considerados erróneamente por algunos otros sólo como “reservas de valor”, cuando en realidad, está demostrado que ganan múltiplos de veces en términos reales a largo plazo.

Es decir, oro y bitcoin no sólo son “protección” del poder adquisitivo sino activos que se aprecian y hacen obtener ganancias reales a sus inversores.

Según JPMorgan, las políticas económicas y comerciales de Trump –que incluyen tarifas, tensiones geopolíticas y un aumento del gasto fiscal– refuerzan este enfoque de inversión a pesar de que haya adelantado que contará con una oficina de “Eficiencia gubernamental” que encabezará el magnate de Tesla, Elon Musk. No se espera que Trump tenga, a pesar de ello, un presupuesto equilibrado sino – en el mejor de los casos- uno “menos deficitario” que el de Joe Biden.

Además, las políticas de Trump, junto con la postura pro- oro y pro-bitcoin de su administración (recordemos que dijo en campaña que sería un “cripto presidente”), podrían consolidar a Estados Unidos como un centro global para las criptomonedas, incentivando tanto la inversión como el desarrollo de infraestructura para el bitcoin.

Por si eso fuera poco, a medida que las tensiones comerciales y geopolíticas aumenten, se espera que los bancos centrales continúen diversificando sus reservas y opten por incrementar sus compras de oro, reduciendo en parte su dependencia del dólar. Esta tendencia ya fue evidente en 2022, cuando la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia impulsaron las compras de oro a nivel mundial.

Asimismo, otro factor crucial que podría impulsar el precio del bitcoin es el agresivo plan de adquisiciones de la empresa MicroStrategy, conocido como el “Plan 21/21.” La empresa liderada por Michael Saylor tiene como objetivo recaudar 42 mil millones de dólares en los próximos tres años, destinando 21 mil millones a través de emisión de acciones y 21 mil millones adicionales en instrumentos de renta fija. Este plan, que incluye una inversión anual de 10 mil millones en bitcoin para 2025, equivale a casi la totalidad de sus compras acumuladas de bitcoin desde mediados de 2020.

Oro y bitcoin, activos indispensables

A pesar de que el bitcoin fue creado por Satoshi Nakamoto tomando como inspiración al metal precioso, es indiscutible que la más importante de las criptomonedas es parte de una clase de activos totalmente distinta. El oro representa la “máxima seguridad” y el menor riesgo en lo que se refiere a inversión, al mismo tiempo que garantiza a sus tenedores ganancias reales a largo plazo.

Por otro lado, el bitcoin es extremadamente volátil, pero sus fundamentos de oferta y demanda anticipan que a futuro seguirá siendo muy rentable para aquellos dispuestos a soportar caídas fuertes de sus precios en el camino.

Como sea, lo cierto es que con la llegada de Trump a la Casa Blanca se refuerza el caso alcista para ambos activos, lo que los convierte en dos activos indispensables a incluir en las carteras de inversión.