Por qué el Bitcoin nunca podrá ser dinero, según Carstens y el BIS

Lea el artículo anterior. El riesgo oculto de la guerra comercial de Trump
Como es sabido, Agustín Carstens, ex gobernador del Banco de México y ahora gerente del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés), es un escéptico del Bitcoin y de las criptodivisas en general.
Desde su posición en el banco central mexicano, Carstens cuestionó la viabilidad del Bitcoin como una moneda virtual, ya que no está respaldada por ninguna institución o país que cobre impuestos. Y en febrero pasado, ya como jefe del BIS, dijo que los bancos centrales deben actuar contra las criptomonedas antes de que éstas se enraícen en el sistema financiero y minen la confianza de las instituciones.
Ahora vemos que el enfoque de Carstens ya se refleja en los estudios de la institución que dirige. El BIS publicó el pasado 17 de junio un reporte en el que lanza una fuerte crítica a las criptodivisas y enumera tres razones por las que nunca podría reemplazar el dinero fiduciario.




La primera razón es que las criptomonedas pueden, literalmente, romper la Internet. Si se quisieran usar como medio de pago cotidiano, el tamaño del ‘libro’ virtual donde quedarían registradas todas las transacciones rebasaría la capacidad de almacenamiento de un típico Smartphone en cuestión de días, la de una computadora en semanas y la de un servidor en meses. Tendrían que usarse supercomputadoras para soportar toda la información que se genere en la cadena de bloques.
La segunda razón es que para la generación de las criptodivisas se requiere un uso intensivo de energía eléctrica. Las instalaciones individuales operadas por ‘mineros’ de estos activos virtuales pueden albergar una potencia informática equivalente a la de millones de computadoras personales. Inclusive, el banco con sede en Basilea dice que el uso total de electricidad de la minería de Bitcoin igualaba al consumo de energía en Suiza.
“En términos simples, la búsqueda de la confianza descentralizada se ha convertido rápidamente en un desastre ambiental”, dice el BIS en el reporte.
La tercera razón está en la inestabilidad del valor de las criptodivisas al no ser respaldadas por ninguna entidad bancaria y cómo éstas pueden ser usadas para fraudes u operaciones ilícitas.
No obstante, el banco de los bancos centrales reconoce que la tecnología que da paso a la existencia de las criptomonedas, el blockchain, tiene muchas aplicaciones que pueden cambiar al sistema financiero, ya que puede hacer más seguros y confiables los contratos y transacciones. No hay duda que esta tecnología está revolucionando la forma en que se hacen negocios, pero lo que más temen los bancos centrales, como se ve en la postura del BIS, es que su autoridad sea deteriorada al quedar los intermediarios fuera de la ecuación.
Lea completo este artículo suscribiéndose GRATIS a mi boletín aquí
Lea el artículo siguiente. La ‘guerra comercial’ ya es una realidad